martes, 11 de octubre de 2011

Casablanca (o Todos pensamos que sos... un hijo de puta)

Terminamos en Casablanca, la confitería rosquera de Riobamba y Avenida Rivadavia frente al Congreso, un lugar frecuentado por legisladores, asesores, rosqueros de la política y periodistas que buscan alguna notita, alguna declaración. El peor lugar para contar una historia de amor. ¿De amor? No, de amor no... de desamor, de la nada misma. Entonces, viendo las cosas de esa manera, la elección del lugar era adecuada.

En Casablanca; perdón, Casablanca, la película, cuando el Mayor Strasser le pregunta a Rick cuál es su nacionalidad, Borgat responde “soy borracho”. En Casablanca, la confitería, si a uno le preguntan cuál es su nacionalidad debería responder “lobbysta”. Esa es la idea del bar. Un lugar lleno de decepciones, traiciones y abortos políticos.

- Che, ¿como mierda va explotar la térmica en tu laburo? ¿Todos los días son así?- preguntó Pato.
- No, todavía no te conté la vez que se puso en pedo el ordenanza mientras estábamos en la presentación de un libro.
- No te puedo creer.
- Posta.
- ¿Con?
- Nieto Senetiner...- mire al mozo.- Un cortado...
- Y el Senetiner pega- suspiro Patricio.- Me acuerdo en Pinamar... ¿Se acuerdan cuando...
- ¡No, para Patricio, para! ¡Basta!- grito Gabriel, mientars buscaba la hora en su celular.- Tengo que volver a la editorial en 15 minutos... Pablo, conta de una vez...
- Bueno... Abrí la puerta del palier y los salude. Y Diego, también...
- ¿Y qué le dijiste?
- Si... le dije “Diego... ¿Cómo estas... hijo de puta?” y sonreí.
- Momento... ¿Le sonreíste o te le reíste en la cara?- Patricio revolvía su café impaciente.
- No me acuerdo. Me sonreí, que se yo. ¿Qué tiene que ver?
- Son dos connotaciones diferentes...- Gabriel tomó su cortado en un trago.
- ¡No te puedo creer! ¿Le dijiste “hijo de puta”? No es lo mismo un “hijo de puta” que se sonríe que un “hijo de puta” que se caga de risa- Pato miro a Gabriel, que asintió como si estuvieran en un Congreso de Semiología.
- No, en serio. En serio, boludo. ¿Me tengo que acordar? ¡No me acuerdo! Me están jodiendo...
- Seguí...- dijo Pato pensantivo.- Abriste la puerta del palier...
- Le dijiste “hijo de puta”- completó Gabriel.
- ¡No, pelotudo! Le dije... “Diego... ¿Cómo estas... hijo de puta?”- y a partir de ahí seguí el relato sin interrupciones.

13 comentarios:

Agustín Molina dijo...

que así sea!!! sin interrupciones!!! Saludos.

Lola dijo...

Al final las interrupciones hacen de nuestras historias las historias de los otros.

Saludos,

Loló

hadazul dijo...

si cuentame sin interrupciones :(

Mecha dijo...

Lo que matan son las interrupciones...

Anónimo dijo...

No te enojes. Querían comprender bien tu relato. Si no les importaba, no preguntaban.

Julia Scarone dijo...

Hola Pablo!!!! Che, cambiá la info del perfil... jua jua jua!! ¿O acaso para vos el tiempo no transcurre?

Angela dijo...

Por dios, quiero saber qué pasó!!!

pinturaparaelrostro dijo...

Hola!, me gusta mucho tu blog, me gustaría que te pasaras por el mío me dieras tu opinión :)
http://paolarene.blogspot.com/

S. dijo...

Hola,
Te invito a pasar por mi blog

http://rabiosoatril.blogspot.com/

Saludos,

MaRiPoSa dijo...

Queridooooooooooo no es asi, no es que un dia te apareces con una gran historia pasan 6 meses y nada, terminala POR RESPETO A TUS LECTORES PABLO! QUE ONDA? LARGA EL TWITTER Y DECIME LE LLENASTE LA CARA DE DEDOS A DIEGO O NO... En fin eso era.

Saludos

Anónimo dijo...

daaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaale!!!

Anónimo dijo...

Te colgaste como yo :P

Juan Jandred dijo...

Te he venido leyendo desde el 2009, en serio, esta vez si ya es demasiada la espera... pero me muero por saber que pasará...