viernes, 27 de febrero de 2009

Saquen una hoja

Ayer estaba terminando de corregir una nota, cuando me sonó el teléfono del estudio. Era Martín.

- ¿A que no sabes quién me agregó al Facebook?- me dijo.
- ¿Al que?
- Al Facebook, Pablo... El coso ese donde encontras gente que ya conociste pero que dejaste de ver.
- ¿Pero si dejaste de ver a esa gente para qué queres volver a encontrarla?- pregunté, inocente.
- Callate, escucha: Paula Miano.
- ¡Me estas jodiendom boludo!
- No, no... ¡Mianooo!- dijo Martín abriendo la puerta de los recuerdos.
- Agarramela con la manooo... ¡Mianooo!- respondí y seguí.
- Te la pone tu hermanooo... ¡Mianooo!- Martín, afiladísimo.
- Te volteaste un mejicanooo... ¡Mianooo!

Y de pronto, volvímos a tener 15 años. Estuvimos así durante media hora.

Por supuesto que me acordaba de Paula Miano. Claro que sí.

miércoles, 25 de febrero de 2009

Reflejos de nena

Por supuesto que le fui a hablar a la rubia. La seguí hasta la barra, y llamé su atención apoyándole una mano en el hombro. Un segundo después, pensé que no era una buena idea hacer eso con alguien que minutos antes me había pegado un cabezazo. Tal vez conocía alguna técnica de defensa personal milenaria y me hacía comer la barra de un golpe. La rubia giró de golpe.
- Cuidado con lo que vas a hacer- le dije mientras ponía una mano cubriéndome la cara. Si, lo sé, un tipo con reflejos... Bueno, no tanto. Había dejado la zona liberada para el rodillazo en la entrepierna, y eso me dio miedo. Mucho miedo.
- ...- ella me miro sin decirme nada.
- Me llamo Pablo, hace 10 minutos me pegaste un cabezazo, quería saber si tenías seguro contra terceros- el chiste fácil siempre rinde y, a esta altura, básicamente me sonaba como hacerle escuchar Mozart a 5 tigres siberianos.
- ...- nada.
- ¿Te sentís bien?
- ...- nada.

Y otra vez no lo vi venir...

- ¡La put#@*remil, nenaaa!

María Cabezazo me acababa de vomitar los zapatos.

lunes, 23 de febrero de 2009

Más bueno que laissez faire (o algo así)

Cuando se trata de asuntos del corazón, de citas y de levantes ocasionales, siempre tuve una política de laissez faire, y esto es básicamente para evitarme una úlcera del tamaño de… Saturno. Así fue siempre, incluso cuando recibí aquel cabezazo.

- Te sale sangre de la naríz, Pablo- dijo Patricio.
- ¡La put#@*remil!- buscando un pañuelo de papel.
- ¿Pero qué paso? ¿Te agarraste con alguien?
- Pero tarado… ¿Cómo me voy a agarrar con alguien si soy un cocker?
- Lassie- dijo Richard.
- ¿Qué?- pregunté.
- Que si lo que tratas de decir es que sos tan bueno como un perrito… la metáfora es “mas bueno que Lassie”. Sos Lassie.
- No. Un cocker. No me gusta Lassie. ¿Me sigue saliendo sangre?
- A ver… No, ya fue. ¿Qué carajo pasó?- insistió Patricio.

Y les conté lo que pasó.

- ¿Me estas diciendo que una mina te pegó un cabezazo?- Richard no lo podía creer.
- Eso en mi barrio es mueblada- dijo Patricio.- Pero posta… anda a buscarla, seguro que esta regaladisima…
- Es una señal, yo iria- congeturaba Richard.
- ¿Pero estan locos? Esa no es una señal… una sonrisa complice es una señal. O… o…
- Apoyarte las tetas cuando pasa…- apunto Patrició.
- Eso es una señal. Exacto- aprobé el ejemplo.
- O el culo…
- Eso es más “explicito”, pero sí. Eso es una señal. Pegarme un cabezazo no es una señal. Es… es… ¡Ahí esta la rubia! Ahora vengo…

Laissez faire, ya les había dicho.

viernes, 20 de febrero de 2009

Primer contacto

La primera pregunta que puede surgir de todo esto es la siguiente: ¿cuán grande puede ser mi universo personal? Si yo mismo tuviera que responder diría: mucho, muy grande. Pero teniendo en cuenta que tenía frente a mí a Victoria (mi novia), que acaba de ver un super afectuoso abrazo con Laurita Mística (una de mis ex)… la respuesta sería: ¡esto no me puede estar pasando a mí!

- Victoria…- sonreí.- Ella es Laurita Mística. ¿Se conocían? ¿Algún cumpleaños mío?
- No- dijo Victoria mientras la saludaba cortesmente.- ¿Qué tal? Encantada.
- Igualmente- Laurita Mística tiene una virtud. No miente nunca y eso se transparenta en sus ojos. No tiene maldad, es sincera e impulsiva. - Pablo me habló mucho de vos, sos mas linda de lo que me había dicho.
- Gracias- Victoria no pudo resistir esa combinación.
- Pablo… me encantó cruzarme con vos… que casualidad, menos mal que te ví, estabas en otra…- y esa fue, la primera vez que le escuche decir a Laurita una mentira.

Laurita y Victoria se despidieron protocolarmente. Victoria me “estudió” y recién cuando se dio cuenta que no valía la pena generar una escena de celos se relajó.

- ¿Desayunamos, Gordi?- preguntó.
- Claro, mi amor.

¿La dieta? Mañana, por supuesto.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Desayunando con Nancy Drew

Nos encontramos con Laurita Mística en la Del Carmen de Cabildo y Monroe. Una pena que ya no se pueda fumar más arriba.

- ¿Y de cuánto estabas?- preguntó Laurita.
- 8 meses.
- Vos te casas en… ¿Octubre?
- Noviembre.
- 9 meses- sonrío.- Estas re somatizando oníricamente, Pablo. No pasa nada.
- Dejate de joder, soy un tipo grande para hacer eso con mis sueños- indignado.
- No creas… ¿Qué hiciste cuando te despertaste?- dijo Laurita mientras endulzaba su cortado en jarrita.
- Me quedé un rato pensando en el sueño, comí un alfajor…- hice memoria.
- Me llamaste a mí.
- Te llame a vos… Me bañe… Desayune.
- ¿No te habías comido ya un alfajor?
- Si, pero igual… me tome un yogurth.
- Y ahora… un café con leche con tres medialunas- dijo mirando mi desayuno que casi ocupaba media mesa, y puntualizó.- ¡Aja!
- ¿Qué pasa?
- Si ya desyunaste en tu casa… ¿Por qué desayunas de nuevo? ¿Por qué no te pediste un cortado como hacias antes?
- No se…- verdad, no sabía.
- ¿Te das cuenta, no? Estas comiendo por dos… como un embarazado.
- ¡La puta que te parió, Nancy Drew!
- Bueno… lo que tenes que hacer es esto- Laurita saco hoja de su agenda y escribió.- Anotate en un gimnasio o salí a correr… ¿Hace cuánto dejaste de correr?
- 3 años.
- Que mal… Bueno, gimnasio… Dieta… y baja la ansiedad con lo del casamiento o no vas a llegar- me dio le hojita.
- ¿Y esto?- pregunté
- Cambié el número de mi casa, ese es el nuevo. Así la próxima vez que me llames lo haces al fijo- dijo sonriendo tiernamente.

Caminamos juntos hasta el subte de Congreso de Tucumán y nos despedimos con un abrazo y una sonrisa.

- ¿Pablo?- reconocí la voz a mi espalda, me solté bruscamente del abrazo. Y se noto. Ahí esta ella, a dos pasos míos y de Laurita Mística.

Era Victoria.

lunes, 16 de febrero de 2009

Sueño pesado

Ayer tuve un sueño muy real. Horriblemente real. Soñe que estaba “embarazado”. Pero no fue el típico sueño de “la-puta-madre-me-dió-positivo”. En el sueño, tenía 8 meses de embarazo, mínimo. Lo peor de todo fue la realidad con la que vivía cada una de las sensaciones dentro del sueño y la conciencia del “embarazo”.

“Boludo, soy un hombre, esto no me puede estar sucediendo”, pensaba, mientras mi cabeza giraba en torno al niño (¡por Dios, que sea nena!) que estaba llegando. No me gustaba nada lo que estaba pasando. Después pensé “ya fue, lo doy en adopción”. Otra opción poco viable.

En el sueño la llamaba a Victoria y le contaba todo lo que me estaba pesando. Ella no parecía estar sorprendida, sin embargo, su postura fue bastante clara.
- Pablo, vas a casarte conmigo… ¿De quién es ese bebe? Yo no pienso hacerme cargo de nada- dijo Victoria con una frialdad ajena.
- Pero no podes hacerme esto, Vicky. ¡Me tenes que creer! No tengo la mas puta idea de dónde salió esto.
- Chau, Pablo- y me cortó.
- ¡Mi futuro esta ruinas! ¡Nooo!- grité con el tubo en la mano.

Entonces me desperté. Me dí cuenta que no estaba embarazado. Me senté en la cama, mientras la luz de la luna alumbraba la mesita del dormitorio. Fui a la cocina y em devoré un alfajor Havanna. Eran las 7 de la mañana y solamente una persona podía ayudarme. Y la llamé.

- ¿Pablo? Son las 7 de la mañana- la voz dormida de Laurita Mística.
- Desayunemos juntos, Lauri, tengo que contarte algo.

sábado, 14 de febrero de 2009

Corrida de viernes a la noche

Corrí las cinco cuadras que separaban mi depto del de Martín como un perro persiguiendo un colectivo. Más o menos estuve 15 minutos para que me dejen subir. Por supuesto, estaban todos, o casi todos, que para el caso es lo mismo. La mayoría de los interesados. El karma apesta.

Gabriel, Richard y Alejandro. Los tres casados. Los tres interesados en hacerme la vida imposible de acá, hasta que llegué el momento. Por supuesto que cada uno recordaba las mil y una jodas que yo me encargue de hacer en sus últimas noches de solteros.

Gabriel todavía recordaba el momento en que se bajo en Libertador y Juan B. Justo, vestido de mina, limpiando coches hasta juntar 5 pesos. Hacía frío esa noche.

Richard menos iba a olvidar cuando lo empuje a la pileta llena de barro con la luchadora más gorda.

Lo de Alejandro es mejor no contarlo.

Diego me trajó una cerveza.

- ¿No es muy pronto para estar armando esto?- pregunté, apurando el vaso.
- No- dijo Gabriel.
- Si me dejan, yo puedo aportar un par de ideas que…
- No- dijo Richard.
- Creeme que no te vas a olvidar nunca de tu despedida de soltero, Pablito- dijo Alejandro.- Podes apostarlo.

Trague saliva. Había llegado la hora de pagar.

viernes, 13 de febrero de 2009

Gesta solteril

Hoy a la noche. La noche de viernes es el punto de encuentro con mis amigos, pizza, empanadas, asadito, lo que pinte. Tipo 18 horas, llamé a Martín para confirmar la hora y el lugar.
- No, Pol, hoy no nos juntamos. Lo que pasa es que no podía casi nadie, así que nada. Será noche de novias entonces, yo voy al cine con Cinthia, si querés avisale a Victoria y salimos los cuatro.
- Todo bien, me quedo en casa mirando el último de Lost- respondí.

Llegue a casa, y a las 22 hice mi llamado de rigor a Victoria. No estaba en la casa. Probé con en el celular.
- Pabli, estoy por entrar al cine con las chicas.
- ¿Qué chicas?- pregunté.
- Cinthia, Lorena... las chicas, Pablo.
- ¡Hija de puta! ¡Me estás metiendo los cuernos! ¡Cinthia esta en el cine con Martín, no me mientas! ¿Con quién me pones el gorro vikingo? ¿Quién es tu chongo? Te odio... Aaaahhh...- soy un actor de método, deben saber.
- Pablo... te paso con Cinthia- tan angelical como siempre.
- Uhmmm... Bueno.
- ¿Qué haces, Pablito?- Cinthia, la novia de Martín.
- Cinthia... ¿Qué haces ahí? ¿Donde esta Martín? ¡Habla!
- Ni idea, Martín se juntaba con los chicos a cenar como siempre. ¿No te avisaron?
- Uhmmm...–improvisé.- Me olvide de llamar, que boludo. Disculpa, pasenla bien. Besos.

Revise mi celular por si tenía algún mensaje que no llegué a escuchar. Nada. Teléfono, obvio.
- ¿Hola?- la voz de Martín y los gritos de Diego que se escuchaban detrás.
- ¿Qué onda? ¿Se juntaron y no me avisaron? ¿Por qué son tan malos amigos? ¿Por qué me hacen eso un viernes solteril?- lo mejor en estos casos es avasallar al adversario con muchas preguntas. Mi intención era demostrar que, ya que no supo planear bien una mentira, tampoco iba a poder ocultar bien una verdad.
- Pablo... no podés venir.
- ¿Por qué?
- Porque estamos planeando tu despedida de soltero, Pablo. Chau- y me cortó.

Y eso sólo significaba dos cosas. Primero, que mi teoría sobre Martín era cierta porque confesó enseguida. Y segundo... problemas, claro que sí.

jueves, 12 de febrero de 2009

Que pedazo de cabeza

Me retiraba de la barra de Follia con una botella de New Age cuando, de pronto, una joven rubia se interpuso en camino. Nos miramos. Me muevo a la derecha, se mueve a la derecha. Me muevo a la izquierda, se mueve a la izquierda. Nos miramos. Y la música tan fuerte que no dejaba conversar.

- Yo me puedo quedar quieto, y vos podes pasar por el costado. ¿Te parece, rubia?
- ¿Qué?- la rubia, gritando.
- Que yo...- levantando un poco la voz, mientras pensaba que no valía la pena repetir todo de nuevo, porque (según creo yo) en las discos, las cosas son mas rápidas, mas telegráficas, y mis tiempos obviamente son del pleistoceno.
- ¿¡Qué!?- volvió a gritar la rubia, con su trago en la mano.
- ¡Que pases, rubia!- dando un paso a la derecha.
- ¡Dejame pasar!- dando un paso a la derecha.
- ¡Te estoy dejando pasar, tarada!- me moví a la izquierda.
- ¡Que me dejes pasar o te doy un cabezazo, estupido!- dijo ella moviéndose a la izquierda.
- ¿Un cabez...? - eso lo escuche, pero no lo ví venir.- ¡La put#@*remil!

Ahí vino el cabezazo. Y ahí, se fue la rubia. Con ustedes, María Cabezazo.

lunes, 9 de febrero de 2009

Casi nada

Odio etiquetar las cosas. Por ejemplo: nunca me banqué el clásico “¿qué somos?”. Cada una de mis relaciones estuvo definida por quién se quedaba o no a dormir esa noche. Así que solamente acepté planteos de las que se despertaban a las 10 de la mañana en mi cama.

jueves, 5 de febrero de 2009

Todo por un sueño

La primera de todas mis ex en saber que me iba a casar fue Laurita Mística (algún día contaré su historia). Me llamó el segundo domingo de enero, a las seis de la tarde. Yo estaba terminando un laburo en la compu.

- ¿Pablito? ¿Estas bien?- reconocí su voz enseguida, esa voz de nena acelerada.
- Lau, ¿cómo andas? Si, re bien... ¿por?
- ¡Soñé que te morías!- sin anestesia.
- ¡Para, loca de mierda!- grite indignado.
- Fue horrible, Pablo, desperté remal. Encima fue un sueño revivido... Escuchame.
- No, Laura, no quiero... ¡No quiero escuchar eso!
- Escucha- sentenció, imposible de ser interrumpida.- Yo sabía que te habías muerto... No se cómo me entere. Tenía la noción de tu muerte... ¿Entendés?
- Aja.
- Bueno, entonces corría por todo Villa Urquiza golpeando puertas, llorando, avisando a los chicos, a las chicas...
- Bueno, bueno... tranquila- soy un tipo que se sugestiona fácil, tiene que saber eso.
- A todos les avise... Fue un bajón, porque yo sabía que habías muerto, pero no cómo, ¿entendes? Todo lo que yo hacía en el sueño era motivado por la noticia de tu muerte. Era como que...
- Calmate, Laura.
- ...todo el sueño...
- No quiero saber esto...
- ...era tu muerte...
- Te dije que...
- ¡Todo el sueño era tu muerte!
- ...no quería...
- ¡Todo, Pablo!
- ...saberlo... ¡La puta que te parió!
- Bueno, solamente quería saber que estabas bien. ¿Estas bien, Pablo?- preguntó preocupada.
- Si, Laurita... estoy bien. Solamente me voy a casar.

lunes, 2 de febrero de 2009

Un anillo para dominarlos...

Pizza Girl es una de mis mejores amigas. Si, le tuve ganas durante mucho tiempo, pero por suerte nunca se cruzo la línea. Ella fue la primera en enterarse que me voy a casar el año que viene.

- Pero, Pablo... ¿Vos sos fiel?- me preguntó.
- Bueh, "fiel"... "Fiel". Lo que se dice "fiel"...
- Fiel, sí. Noviazgo, matrimonio, contrato de...- dijo ella buscando una definición imposible.
- Pará, para...- interrumpí.
- Por eso, ¿sos fiel?
- Claro... Claro que soy fiel... a mi mismo- sonreí en forma cómplice. Pizza Girl también.