tag:blogger.com,1999:blog-14356784428182073392024-03-16T15:53:03.535-03:00Todas mis exPablohttp://www.blogger.com/profile/17592880425075222498noreply@blogger.comBlogger233125tag:blogger.com,1999:blog-1435678442818207339.post-62643083773126488192012-05-22T23:54:00.002-03:002012-05-22T23:58:54.020-03:00PerraHoy les voy a contar una historia de verdad. No les prometo que después de leerla van a ser mejores personas, no voy a intentar cambiar sus mundos, ni sus vidas. Esto es, ni más ni menos, una historia.<br />
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Esta historia comienza con una hermosa joven de ojos verdes y sonrisa encantadora llamada Victoria. Seguramente, la conocen, me casé con ella hace unos años. Es increíble, pero todavía recuerdo nuestra primera cita como si fuera hoy: un café en Belgrano, muchas risas, muchos abrazos, besos hermosos y una sandalia menos.<br />
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- ¡Mi sandalia!- gritó Victoria en la puerta de su casa<br />
- ¿Eh?- la miré desconcertado-<br />
- Me quite la sandalia y la apoyé en el umbral... y...- Victoria buscaba su sandalia en la vereda, su vista se detuvo en la esquina.<br />
- Uy... no- y ahí estaba. Bajo la luz de la calle, cuatro patas de impunidad, una cola movediza, y en su boca, la sandalia de Victoria.<br />
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Dicen que las verdaderas historias, las que merecen la pena ser contadas, deben comenzar con el choque de dos universos. No importa cuales, no importa cómo, sólo importa que del terremoto surja la posibilidad de otro pequeño mundo. Un mundo que merezca la pena existir, ser salvado.<br />
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- Vení acá- chasqueé los dedos y avance un paso, ella retrocedió dos.<br />
- Pablo, vení, ya fue- a mi espalda, Victoria me llamaba.<br />
- Vení, perrita… vení- avance dos pasos, la perra empezó a correr- ¡La puta madre!<br />
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Aquella noche, hubo varios accidentes. Si, un par de mundos chocaron, el de Victoria y el mío. Y también, otro más. No sé cómo sucedió, pero ahí estábamos los dos: corriendo a una perra callejera para rescatar una sandalia. ¡Una sandalia! Si, ahí estábamos los tres.<br />
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- ¡Pablo!- gritaba Victoria.- ¡Pablo! ¡Date vuelta!<br />
- No, pero la perra… la sandalia…<br />
- ¡Date vuelta!<br />
- ¿Qué?- Victoria tenía la sandalia en una mano y un paquete de galletitas surtidas en la otra.<br />
- La sandalia la soltó hace una cuadra. Es lo que intentaba decirte…- suspiró.- Dos horas persiguiendo un perro. ¡Sos un cabeza dura!<br />
- ¿No lo ves como un acto de caballerosidad increíble? ¿No te hace caer rendida de amor a mis pies?- pregunté irónicamente.<br />
- Puede ser...- dijo Victoria sonriendo.<br />
- No doy más... como me hizo correr esta hija de puta- señale a la perra que, para variar… siempre me llevaba media cuadra de ventaja, midiéndome. Victoria me ofreció una galletita, yo agarré el paquete.<br />
Genial- miré a la perra y le ofrecí una.- Vení, hija de puta.<br />
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La perra vino.<br />
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Fue amor a primera vista. Creo que la mirada de Dalia nos atravesó. Si, obvio que se iba a llamar “Dalia”. La rescatamos de la noche y de la calle. Aunque a veces, no puedo definir quién rescató a quién. Luego de una fatal persecución por Belgrano R, terminamos en la plaza de la estación, con Dalia dormida sobre mi pierna. <br />
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Dalia es un ser un ser cariñoso, simpático y noble. Es, sobre todas las cosas, una buena perra de compañía y el monumento a la no-inteligencia canina. Lograr que aprenda escasos trucos que otros perros saben por reflejo es una tarea imposible. Dalia no da la patita, no se sienta cuando uno quiere que se siente, no camina al lado de sus dueños cuando sale a pasear. Nada.<br />
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Sin embargo, conocer a Dalia es irse con sus dos patitas marcadas en la panza; ella no puede evitar querer llegar a tu mejilla para saludarte. Es mediana pero tiene la fuerza de un toro. En espacios abiertos es el único lugar donde es posible soltarla. Dalia corre como el diablo en círculos alrededor de su dueño, en círculos cada vez más grandes y cuando se aleja demasiado, comienza a hacer círculos cada vez más pequeños... y luego vuelve a empezar. Los abrazos de Dalia generalmente terminan con su cabeza apoyada en tu hombro, con las orejas totalmente hacia atrás, disfrutando del calor de los brazos que la sostienen.<br />
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Hace un tiempo, Dalia dejó de dormir a un costado de nuestra cama. No lo hace más, y me resulta extraño. Después de tantos años, ya no tengo que esquivarla si me despierto a la noche.<br />
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Ahora, Dalia duerme junto a la pequeña cuna-cama de Constanza.<br />
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Esta historia termina acá. Les dije que no era más que una historia, ni más ni menos.<br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://2.bp.blogspot.com/-c5LP7ne_9LI/T7xSTWFSlOI/AAAAAAAAADc/Mu4kPGKTm6Y/s1600/p66ujg.jpg" imageanchor="1" style="margin-left:1em; margin-right:1em"><img border="0" height="240" width="320" src="http://2.bp.blogspot.com/-c5LP7ne_9LI/T7xSTWFSlOI/AAAAAAAAADc/Mu4kPGKTm6Y/s320/p66ujg.jpg" /></a></div>Pablohttp://www.blogger.com/profile/17592880425075222498noreply@blogger.com52tag:blogger.com,1999:blog-1435678442818207339.post-66196978177987972772012-05-17T10:23:00.001-03:002012-05-17T10:25:34.250-03:00El final es en donde partíAcá estamos, en otro viaje. <br />
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Abrir el corazón a alguien "desconocido" es un desafío que no todos están dispuestos a vivir. Hay cierta magia en ese intento. Ese desafío que atrapa, que está lleno de incertidumbre. Esa incertidumbre que va de la mano del miedo.<br />
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Cuando me decidí a escribir esta historia supuse que no podía ser más feliz, que más felicidad me iba a matar. Les juro que tuve miedo. Me equivoqué. Siempre se puede ser más feliz. Animarnos a lo desconocido, es también animarnos a vivir.<br />
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Jugué con el tiempo, con los recuerdos y con las miles de historias que acompañaron mi existencia. Las conecté, recorrí hacia atrás los caminos de mi vida y congelé los recuerdos. Me di cuenta de algo muy interesante: logré convertir el pasado en un presente permanente. Me reí en la cara del paso del tiempo, rescaté recuerdos increíbles. Pero sobre todo, descubrí la importancia de situaciones y personas que durante mucho tiempo estuvieron escondidas, personas hermosas y no tanto.<br />
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Este es otro viaje, es el momento de congelar más recuerdos para seguir dándole forma a mi vida. Faltan historias, claro que sí. A veces pienso que estoy armando un rompecabezas, falta tan poco para terminar, pero no. Las piezas se multiplican. Es una ruta que se atomiza en miles de caminos, en miles de páginas, siempre son páginas. Hojas que pelean contra el tiempo, hojas en contra que luchan a muerte con unos pocos minutos solamente para ganar dos o tres líneas más.<br />
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También es el momento de confesar que como padre soy un fracaso, que no es divertido; pero que es tan maravilloso que hay material para otro blog, otra historia, otra vida. No se preocupen, eso no va a ocurrir. Por ahora.<br />
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Mientras me convertía en padre y maduraba un montón de aspectos de mi vida que pensaba ocultos, surgieron dos propuestas para convertir este blog en libro. Me lo planteé, lo consulté con mis seres queridos, tarde mucho en decidir y nunca estuve del todo seguro. Fue un gran “no”, ellos se cansaron de esperar y yo no podía tomar una decisión que me implique dedicarme de lleno al proyecto. La publicación y todo ese proceso implicaban un montón de factores a los que no podía dedicarle tiempo. No me cuestiono esa decisión, a este lugar le falta mucho todavía.<br />
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Este año las reglas las intento decidir yo, seré dueño y señor de mi tiempo para darle forma a ese libro que algunos quieren y yo todavía no terminé de organizar. <br />
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Nos vamos a divertir, les juro.Pablohttp://www.blogger.com/profile/17592880425075222498noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-1435678442818207339.post-72368516061261379022012-04-16T22:08:00.002-03:002012-04-16T22:17:43.195-03:00No se puede vivir del amor- Diego... ¿Cómo estas... hijo de puta?- sonreí.<br />
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Diego abrió la boca y se congeló al instante. Nunca conocí a un tipo que tuviera más huevos que Diego. Todavía me acuerdo cuando rescató a Lucinde en Retiro, fue increíble como se trompeó con el secuestrador. Fue impresionante. O cuando -literalmente- corrió un auto pensando que era el suyo, aquella noche de los brownies con marimba. ¡Corriendo detrás de un auto, entienden! Siempre fue un tipo que era mas de hacer que de decir, de no pensar en las consecuencias. Por eso, en cierta forma, toda la situación que –en primera instancia- parecía robada de la peor novela de las tres de la tarde, no me parecía nada rara. Viniendo de Diego, claro.<br />
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- Diego... ¿Cómo estás... hijo de puta?- nos miramos, no dijo nada. Lo abrace, me sentí un pelotudo. - ¡Tanto tiempo, boludo!<br />
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Otro recuerdo, la mamá de Diego y sus historias. Esas historias aterradoras que siempre se guardaba para la noche previa a nuestro campamento en Areco. Las historias del geriátrico donde laburaba en aquel entonces. Todas las risas y los miedos, todo junto.<br />
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- Pablo…- dijo Diego, tenía la espalda transpirada como una siesta misionera.- ¿Cómo estas?<br />
- Bien… Rebien…- mire a Jorgelina, le di un beso. Ella seguía usando el mismo perfume: Fiore de Carolina Herrera.- Pecas… ¿Cómo estás? ¿Cómo están, chicos?<br />
- Hola, Pablo... Que... lindo... verte.<br />
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Y el silencio. Fue todo tan rápido que ahí estábamos, a un paso del abismo, tragando palabras que formaban el silencio más incomodo del mundo. Les juro. Alguien tenía que decir algo. Ya habíamos robado todas las frases del Manual de Encuentros Fortuitos.
La realidad es que ellos estaban esperando “algo”, me conocían demasiado bien los dos. Algún comentario chistoso, irónico. Ellos, en cierta forma, me estaban regalando “ese” momento. Sin embargo, lo deje pasar, lo perdí. No jodamos, era uno de mis mejores amigos con una de las mujeres más importantes de mi vida. ¿Por qué mierda tenía que ser yo el que diga algo?<br />
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- Pecas y yo estamos saliendo, Pablo- dijo Diego, sin anestesia. No me pudo sostener la mirada, genial.<br />
- Es un larga historia- ella, por el contrario, me perforó con sus ojos claros. Atrevida.<br />
- Estoy a las corridas ahora- era cierto. Les juro que era cierto.<br />
- Me imagino- dijo Diego.- ¿Cómo está Victoria? ¿Cómo va todo?<br />
- En una semana, ya tenemos fecha. Es probable que sea por cesárea- sonreí.- Constanza se llama.<br />
- Me alegro mucho, Pablo. Que genial que todo siga bien con eso- Diego me regaló una sonrisa super sincera. Así era él, nunca pudo ocultarle sus sentimientos a su cara. Era lo genial de Diego, mitad simio, mitad cordero, mitad león.<br />
- Constanza es un lindo nombre- murmuró Pecas, con un rostro indescifrable. Aunque conociéndo su historial de revelaciones en los momentos menos oportunos bien podría haberle parecido un nombre de mierda.<br />
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Nos despedimos en ese mismo instante prometiéndonos un café, una salida, una visita. Por largos meses, ninguna de las tres cosas se cumplió. No volví a ver a Diego por mucho tiempo, ni siquiera vino al hospital cuando nació Constanza.<br />
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Nuestro grupo de amigos sufrió una pequeña división: los “extremistas” del amor no iban a aceptar jamás que Diego salga con Pecas y los “amistosos de siempre”, los chusmas, los obsecuentes del amor, probablemente aceptarán eso y alguien programará un par de salidas junto a la feliz pareja. Prefiero evitar mencionar que amigo estaba en cada grupo.<br />
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No me da vergüenza admitir que Pecas fue una de las personas más importantes de mi vida. Fue, es, lo que sea. La veo y quedó hipnotizado por los recuerdos, buenos y malos. Malos y malos. Alegrías y tristezas, y más tristezas. Pero también amor, un amor raro, extraño, entrañable. Inolvidable, como una grieta en un ropero viejo.<br />
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Si quieren saber más, Pecas le rompió el corazón a Diego. Pero esa ya no es mi historia, no me corresponde. Me enteré una noche de primavera, el año pasado, mientras Constanza dormía sobre mi pecho.Pablohttp://www.blogger.com/profile/17592880425075222498noreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-1435678442818207339.post-21749432463839016972011-10-11T00:01:00.000-03:002011-10-11T00:01:00.184-03:00Casablanca (o Todos pensamos que sos... un hijo de puta)Terminamos en Casablanca, la confitería rosquera de Riobamba y Avenida Rivadavia frente al Congreso, un lugar frecuentado por legisladores, asesores, rosqueros de la política y periodistas que buscan alguna notita, alguna declaración. El peor lugar para contar una historia de amor. ¿De amor? No, de amor no... de desamor, de la nada misma. Entonces, viendo las cosas de esa manera, la elección del lugar era adecuada.<br /><br />En Casablanca; perdón, Casablanca, la película, cuando el Mayor Strasser le pregunta a Rick cuál es su nacionalidad, Borgat responde “soy borracho”. En Casablanca, la confitería, si a uno le preguntan cuál es su nacionalidad debería responder “lobbysta”. Esa es la idea del bar. Un lugar lleno de decepciones, traiciones y abortos políticos.<br /><br />- Che, ¿como mierda va explotar la térmica en tu laburo? ¿Todos los días son así?- preguntó Pato.<br />- No, todavía no te conté la vez que se puso en pedo el ordenanza mientras estábamos en la presentación de un libro.<br />- No te puedo creer.<br />- Posta.<br />- ¿Con?<br />- Nieto Senetiner...- mire al mozo.- Un cortado... <br />- Y el Senetiner pega- suspiro Patricio.- Me acuerdo en Pinamar... ¿Se acuerdan cuando...<br />- ¡No, para Patricio, para! ¡Basta!- grito Gabriel, mientars buscaba la hora en su celular.- Tengo que volver a la editorial en 15 minutos... Pablo, conta de una vez...<br />- Bueno... Abrí la puerta del palier y los salude. Y Diego, también...<br />- ¿Y qué le dijiste?<br />- Si... le dije “Diego... ¿Cómo estas... hijo de puta?” y sonreí.<br />- Momento... ¿Le sonreíste o te le reíste en la cara?- Patricio revolvía su café impaciente.<br />- No me acuerdo. Me sonreí, que se yo. ¿Qué tiene que ver?<br />- Son dos connotaciones diferentes...- Gabriel tomó su cortado en un trago.<br />- ¡No te puedo creer! ¿Le dijiste “hijo de puta”? No es lo mismo un “hijo de puta” que se sonríe que un “hijo de puta” que se caga de risa- Pato miro a Gabriel, que asintió como si estuvieran en un Congreso de Semiología.<br />- No, en serio. En serio, boludo. ¿Me tengo que acordar? ¡No me acuerdo! Me están jodiendo...<br />- Seguí...- dijo Pato pensantivo.- Abriste la puerta del palier...<br />- Le dijiste “hijo de puta”- completó Gabriel.<br />- ¡No, pelotudo! Le dije... “Diego... ¿Cómo estas... hijo de puta?”- y a partir de ahí seguí el relato sin interrupciones.Pablohttp://www.blogger.com/profile/17592880425075222498noreply@blogger.com13tag:blogger.com,1999:blog-1435678442818207339.post-36123431347647275322011-10-07T11:15:00.001-03:002011-10-07T11:19:19.451-03:00Light my fire- ¿Y que dijo? ¡Que dijo, por Dios!- Gabriel gritaba como un loco.<br />- No grites que me van a matar- compartimos un almuerzo a las corridas en mi laburo. <br /><br />La oficina no era el mejor lugar, pero no me quedaba otra. Además, tenía ganas de hacer un poco de catarsis. Los afortunados fueron Gabriel (que trabajaba en una editorial a dos cuadras de mi laburo) y Patricio (con quien me separaban dos estaciones de subte). <br /><br />- Quiero saber todo ya- dijo Patricio en voz baja.<br />- Yo tampoco pregunte mucho. Creo que los tres shockeamos un poco.<br />- ¿Y Diego no dijo nada? Es un boludo, no puede estar saliendo con Pecas. No da- Gabriel apoyó su almuerzo sobre uno de los escritorios, enseguida el olor inundo todo.<br />- ¿Qué mierda te trajiste para comer? Esta quemado eso... tiene olor- Patro, fiel a su estilo, se había traído un paquetito de sanguches de miga (de salvado) y una Coca Light.<br />- Abrieron un bolichito vegetariano sobre Callao. Te cobran por kilo. Esto me costó 10 pesos- Gabriel empezó a comer.- Guiso de lentejas.<br />- ¡Me muero! Me vas a contaminar toda la oficina- le dije.<br />- ¡No da que Diego salga con Pecas!- grito Patricio.- Gabi, eso esta quemado, son lentejas quemadas. ¿Oles?<br />- Tiene razón, Pato. No da que Diego y Pecas... ¡Diego y Pecas, Pablo!- Gabriel hundió su nariz en la bandeja de plástico, miro a Martín.- ¡No, no esta quemado!<br />- Paren de hacerme la cabeza. Es Diego, nos conocemos desde primer grado- abrí la ventana.- No se aguanta el olor, boludo. Son lentejas quemadas. Te quemaron el guiso.<br />- Si, es verdad, nos conocemos desde 1er grado, Pablo... ¿Pero hace cuánto que no nos vemos todos?- como siempre, Patricio daba en el clavo. <br /><br />Silencio. Fue un segundo, pero muy revelador. En los últimos dos años, muchas cosas fueron cambiando. Casamientos, nacimientos, mi casamiento, Victoria embarazada, todo. El tiempo que gane con victoria, entre aciertos y errores, fue tiempo que poco a poco fui robándole a mi grupo de amigos. Esa era la única realidad.<br /> <br />- Si nos vemos una vez por mes es mucho- especuló Patricio.<br />- Eso no tiene nada que ver- Gabriel seguía comiendo su guiso.<br />- Tiene razón, Pato, si no nos vemos... ¿cómo podemos pretender saber que nos esta pasando? ¿Cómo van nuestras vidas?<br />- Estas buscando una excusa- dijo Gabriel.<br />- Estoy casado, Gabriel, Victoria esta embarazada. ¿Qué esperas que haga? ¿Qué me pelee con Diego? ¿Qué corra con Pecas? ¿Qué deje a Victoria?<br />- Bueno, ¿pero qué paso?- preguntó intrigado Pato, y rápidamente miro a Gabriel y le saco la bandeja de lentejas.- Dame esto... a ver...<br />- ¡Sos un asco, boludo!- dijo Gabriel, mientras Pato olía su comida como un perro.<br />- No... creí que las habían quemado, pero están bien. ¿Qué mierda es ese olor a quemado?<br />- ¡Los llamo para que me escuchen y se la pasan pelotudeando con la comida y...!- un grito detuvo nuestra conversación. Cruzamos miradas sorprendidos mientras Patricio abría la puerta de mi oficina.<br /><br />- ¡Boludo!- humo, el ruido de una explosión que venía del pasillo y la cara de sorpresa de Pato.- ¡Se te esta prendiendo fuego el rancho!<br /><br />Felicia Oficina corría por un pasillo paralelo a los gritos. Nuestro pasillo, por otra parte, estaba perdiendo por goleada contra el humo.<br /><br />- ¡Pablo!- la voz de Federico Robot, desde otro pasillo.- Explotó la centralita eléctrica. ¡Yo avise que no enciendan los caloventores en todas las oficinas a la vez! ¡No encuentro mi Blackberry! ¿Esta en tu oficina?<br />- Ah, este pibe es un boludo- dijo Gabriel en voz baja.<br /><br />Con la segunda explosión, empezamos a correr.Pablohttp://www.blogger.com/profile/17592880425075222498noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-1435678442818207339.post-85243677127146449072011-08-01T23:59:00.000-03:002011-08-02T02:34:12.399-03:00Where is the love?Una de las mejores decisiones fue alquilar mi departamento de Mariano Acha a un par de estudiantes de CBC que cursaban en Drago. Dos simpáticas jóvenes de Junín, super puntuales a la hora de pagar. Lo que ayudó bastante a tomar la decisión de entregarles la llave fue que estudiaban Comunicación Social. No me pude resistir. El protocolo de cobranza comprendía una llamada cerca del 10 de cada mes, y unos mates en mi irreconocible ex comedor lleno -ahora- de adornos y mantelería rosa, violeta y celeste.<br /><br />Después del segundo termino y de discutir por quinta si el TEA es mejor que la UBA y viceversa, decidí partir. Entre al ascensor, y entonces lo supe: Pecas había regresado al barrio. Estático, dejando que la inercia me lleve hacia abajo, tuve una visión del día que nos conocimos. Un rápida visión que terminó con una botella de Mónica di Sardegna estrellada en el piso del ascensor, impregnando el lugar con un olor alcohol que asesinaba elefantes. Pero en ese mismo instante, entre pasado y más pasado, y más pasado aún, otro aroma se presentaba con mas fuerza.<br /><br />Fiore de Carolina Herrera. Años más tarde, el aroma que llenaba el pequeño ascensor era otro. Cerré los ojos un segundo. <br /><br />Sobre el poder de los sentidos se han dicho muchas cosas. Freud, por ejemplo, escribió algunas anécdotas bastante contundentes. Hablando de aromas, el psicólogo cuenta que un paciente condicionaba sus sueños colocándose debajo de la nariz distintas fragancias. Un día estuvo 10 minutos oliendo una fragancia egipcia, y al otro día soñó que visitaba una perfumería de El Cairo. En realidad, la anécdota es mucho más interesante de lo que cuenta mi relato, pero ilustra el caso y eso es más que suficiente. Al parecer, los olores evocan ciertos lugares y personas asociados a ellos, son estímulos directos que provocan una reacción determinada. En mi caso, sentir la presencia de Jorgelina Pecas acechando.<br /><br />Salí del ascensor con la sensatez justa como para pensar que todo fue producto de mi imaginación, que nadie usa el mismo perfume durante tanta tiempo, que es imposible que... que Freud se equivocaba seguramente en...<br /><br />Pero ahí estaba ella. Del otro lado de la puerta de calle, Jorgelina Pecas abrazaba y besaba una figura masculina que solo pude distinguir cuando salí de “Acha”. El ruido del brazo mecánico sobresalto a la pareja de enamorados, Pecas miro hacia el sonido, dejando libre el rostro de su acompañante justo frente a mi. En ese preciso instante, cuando triangulamos miradas y nuestros ojos se abrieron como platos. Sorpresa...<br /><br />- ¡Pablo!- dijo Pecas, con una sonrisa que no era sonrisa, que lo era y que volvía a no serlo.<br />- Pecas...- la salude con una sonrisa que no era sonrisa, que lo era y que volvía a no serlo. Un segundo que duró una eternidad, le ganó a la incomodidad del encuentro, no me quedo más remedio que saludar al novio de Pecas.- Diego... ¿Cómo estas... hijo de puta?- sonreí.<br /><br />Tendrían que haber visto sus caras... O mejor dicho, la mía.Pablohttp://www.blogger.com/profile/17592880425075222498noreply@blogger.com33tag:blogger.com,1999:blog-1435678442818207339.post-88424234149431375022011-05-01T02:36:00.001-03:002011-05-01T02:36:47.383-03:00Aún estás en mis sueñosSiempre supe que “mi vida” junto a Jorgelina Pecas había sido una seguidilla de momentos robados. Si bien hubo espacios para sentirse bien y disfrutar de su compañía; muy pocas veces uno podía dormir tranquilo. Con el “huracán” Pecas, como le decían mis amigos, nadie aseguraba nada. Nuestros “momentos” podían tener la duración de un verano, un solsticio o un lustro de meses. Momentos hermosos e intensos, tan intensos como la sacudida de todo mi mundo alguna mañana. Durante nuestro tercer round la adrenalina era hermosa, vivir cada día como si fuera el último era genial. Pero claro, sólo hasta que llegaba ese último día y el piso se sacudía.<br /><br />La tierra temblaba, ella desaparecía. Pecas regresó de Nueva York hace algunos años; mas precisamente durante el cuarto año de mi noviazgo con Victoria. Había viajado a La Gran Manzana para hacerse cargo de un restaurante latino; volvió con el dinero de su venta bajo el brazo, feliz, radiante, magnífica. Como en aquel entonces, yo todavía vivía solo, el encuentro en el hall del edificio con Victoria fue inminente. Por suerte, Victoria no le dio demasiada importancia. <br /><br />Los años pasaron y mis encuentros con Pecas en el edificio eran cada vez más esporádicos, hasta desvanecerse por completo. Un mes antes de casarme la encontré en el ascensor, caminamos por Acha hasta Monroe, y en la puerta de Palmi le anuncie mi casamiento. Ella se sorprendió, supongo que gratamente. No sé por qué, yo sentí que me quitaba un gran peso encima. Luego de aquel encuentro, Pecas desapareció complemente. <br /><br />Recuerdo que aquel día, mientras nos despedíamos tuve un sentimiento que resumía todos mis momentos con ella y con Victoria, la comparación inevitable. Cuando estábamos juntos con Pecas siempre tenía la extraña sensación de estar peleando por tener un espacio en su vida. En cambio, con Victoria era distinto, ella me hizo un lugar, me regaló su vida, esa fue la gran virtud. El mérito de Pecas era otro, sin duda: ella podía entrar y salir de mi vida en un parpadeo. Así fue siempre, y lo hacía con la impunidad que le daba el destino.<br /><br />Jorgelina Pecas regresó a mi vida hace un mes; precisamente, una semana antes del nacimiento de Constanza.Pablohttp://www.blogger.com/profile/17592880425075222498noreply@blogger.com25tag:blogger.com,1999:blog-1435678442818207339.post-33611825121641531762011-04-09T02:29:00.001-03:002011-04-09T02:37:18.275-03:00En el caminoLa semana pasada acompañe a Victoria a una de esas visitas relámpago al ginecólogo. “Acompañar” es algo relativo, lo admito. Repentinamente, el subte entre Callao y Juramento a las seis de la tarde realizó una travesía eterna. Victoria decidió -vía mensaje de texto- que no era importante mi presencia en la consulta, pero que si “sería encantador” que fuera a buscarla a la salida. Eso hice.<br /><br />Decidí que el mejor lugar para esperar a Victoria era el kiosko de diarios y revistas en Cabildo y Juramento. Entonces la vi, ahí estaba: una de estas revistas progres de embarazadas modernas. “La vida sexual durante el embarazo (Lejos de la monotonía sexual, nuevas posiciones sexuales para todos los gustos y placeres)”, el título con bajada de dos líneas, interlineado de 0,5, prometía.<br /><br />La nota comenzaba -si, la compré- con la gran verdad que aqueja al casado (embarazado): “algunos hombres tienen miedo de tener relaciones sexuales durante el embarazado”. Por suerte, la revista se comprometía a llenar ese lugar (metafóricamente hablando) que durante nueve meses no hacía otra cosa que cargar con mitos y prejuicios. Bien, luego de una introducción cargada de cosmopolitanismos, venía lo bueno… las posiciones innovadoras.<br /><br />“Debes recostarte sobre un lado, mientras tu novio hace lo mismo detrás de ti; los dos deben estar en la misma dirección. Envuelve tus piernas alrededor de su pierna de arriba y, empuja tu cola hacia él mientras te penetra. Una vez dentro, estira las piernas sobre las de él, deber mantenerte conectada y al mismo tiempo doblar tu cintura, formando con tus piernas un ángulo de 45 grados, y…”<br /><br />Bueno, yo no soy un experto en estos temas, pero creo que lo que estaba leyendo es lo que en Villa Urquiza llamamos “cucharita por colectora”.<br /><br />Intentando ver la luz en esas dos páginas en papel ilustración, supuse que lo mejor era seguir como estábamos… haciendo lo que podíamos. La doctora había dicho que no había ningún problema, que el apetito sexual iba variaba de “volcán en erupción” a “río patagónico”, pasando por todos los niveles esperados y no esperados. Siempre me causaba gracia la ambigüedad con que se tocaban ciertos temas. <br /><br />Con Victoria habíamos iniciado un viaje que estaba por terminar de un momento a otro. Como sea, estábamos llegando. Fueron meses difíciles, y faltaba la última curva. Una parada final antes de volver a empezar otro viaje, mucho más misterioso aún.Pablohttp://www.blogger.com/profile/17592880425075222498noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-1435678442818207339.post-74138428301032340012011-04-01T19:55:00.000-03:002011-04-02T19:57:45.485-03:00No se va a llamar mi amor- Si es nena se va a llamar Constanza- dijo Victoria, mientras preparaba un mate.<br />- No, Vick, Constanza es uno de los nombres más “asesinables” del mundo.<br />- ¿Qué?<br />- Constanza siempre es asesinada por Coty o Cony- abrí la heladera.- ¿No hay más mermelada de durazno?<br /><br />Siempre me ha sorprendido el poder de las palabras y de los nombres. Lo que más me sorprende es como los "nombres propios", en tanto palabras al fin, logran mutar y funcionar como adjetivos calificativos en algunos casos.<br /><br />Por ejemplo: "que cara de Pedro que tenés" o "que Pascual que sos" o “voy al baño a tirarme un Roberto”. Ahí murien palabras.<br /><br />Lo mismo sucede con la palabra “copado" o "cope". Generalmente, usado como adjetivo que califica una situación en extremo fascinante e idílica. La palabra “copado” tiene su origen en la insinuación de algo que esta “lleno”. Algo que está “lleno” es “copado”, y si está “copado”... –atención, acá muere la palabra- está “bien”, es “fascinante”. Muere porque no hay ninguna puta relación entre “copado”, “fascinante” y “lleno o vasto”. Murió en su significación, a “fascinante” la asesinó “copado”. <br /><br />Otra forma de asesinar palabras es cuando una palabra suena a nada de lo que realmente significa. El mejor ejemplo que podría citar es cualquier palabra que termine en "is". Sífilis. “Sífilis” suena como algo agradable, como un “holis”. Traigan acá a un tipo que nunca en su vida la haya escuchada y diganle “hoy le voy a regalar a mi mamá un ramo de hermosas sífilis”. Repitan esa frase en voz alta, escuchen la sonoridad. Lo mismo puede decirse de la “lepra”. La “lepra” en realidad suena como un juego de mesa, como el Burako o el Jenga.<br /><br />Creo que el mundo sería mucho más lógico si el Jenga se llamara Lepra, y la lepra se llamara Jenga. Sería un mundo mejor. Un mundo más… Si… más copado.<br /><br />- ¿Pablo?<br />- No quiero que asesinen a Constanza, Victoria. Por favor…<br />- ¿Tenes un nombre mejor? Pero tiene que salir de una; si lo pensas, no sirve. Entonces, si es nena… ¿se va a llamar…?-dijo Victoria mirándome, esperando un nombre que arrojara un poco de luz sobre la escena del crimen.<br />- Constanza…- la puta madre.<br />- Trato hecho- Victoria me regaló una sonrisa y otro mate.Pablohttp://www.blogger.com/profile/17592880425075222498noreply@blogger.com21tag:blogger.com,1999:blog-1435678442818207339.post-53950497368232906952010-11-05T00:12:00.004-03:002010-11-05T00:29:44.544-03:00Para cosas buenasTres cosas me encantaron de trabajar en el canal de la palomita. <br /><br />La primera fue que no tenían drama en mandarte un remis a las 12 de la noche para que vayas al canal a ponerle los diálogos al guión que el “escritor de turno” termina de sacar del horno. No pagaban ningún “extra”, pero la idea de salir corriendo a escribir era sensacional. Con Gabriel, nos sentíamos como una especie de bomberos de los guiones. <br /><br />La segunda era la chica de la fotocopiadora del canal, de quién ya hablé en otra ocasión. Encantadora.<br /><br />La tercera, y más importante: el baño del canal. Sin lugar a dudas tercero en el podio de super baños. El primer lo ocupa el baño de mi casa, por supuesto. Y el segundo, el baño del Aromi de Ángel Gallardo y Corrientes, cerca de la facu.<br /><br />Como único hijo varón, en una casa habitada por tres hermanas, mi mamá y mi abuela, soy bastante “caprichoso” con el tema “baños”. Con los años de me llegué a convertir en un estudioso de los baños públicos y privados. Aquí tienen algunos tips para encontrar un baño top: piso limpio, puerta de los bañitos individuales con pasador (que funcione), mucha luz, suministro de papel abundante y, sobre todo, que quede lejos de toda la actividad del establecimiento en cuestión. <br /><br />Lo que tenía de bueno el baño del canal de la palomita era que, no solamente cumplía con todos los requisitos anteriormente mencionados; sino que potenciaba el último. El baño estaba estratégicamente ubicado, casi de forma secreta. Este era el verdadero encanto del lugar. Era una puerta enorme sin ninguna marca, que bien podría pasar por una puerta de algún depósito de las oficinas de producción. El baño se mimetizaba con su entorno. Es decir, no es que te vas a perder buscando el baño, sencillamente tenes que saber dónde está para encontrarlo. Lo que me llamaba la atención era que no tuviera indicaciones de “Nenes/Nenas”, aunque nunca le di demasiada importancia al asunto… hasta que un día la puerta del baño secreto se abrió y entro un muchachito actor de Rebelde Way, <br /><br />El muchacho tenía esa mirada de “encontré el baño secreto” que todos teníamo<br /><br />- Hola- saludó el joven.<br />- ¿Qué tal?- respondí, asegurándome que nada de lo que sostenía en mis manos quede demasiado expuesto. No por vergüenza, lamentablemente el chiste interno era dudar de la sexualidad de todos los actores varones de Rebelde Way. <br /><br />El joven actor entró en cuartito individual y empezó a cantar. Si, a cantar. Fue entonces que descubrí la acústica del lugar. Una exquisita resonancia digna del Colón. Cuando el pendejo se fue, intenté probar con una de Cypress Hill; pero no funcionó. Probé nuevamente, esta vez con “Bonita de más”. Mi voz sonaba increíblemente bien.<br /><br />Entonces, me di cuenta de la triste realidad: era un baño que sólo funcionaba con canciones pop.<br /><br /><center><object width="320" height="265"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/n2Uj-fXZeAQ?fs=1&hl=es_ES&rel=0&color1=0xcc2550&color2=0xe87a9f"></param><param name="allowFullScreen" value="true"></param><param name="allowscriptaccess" value="always"></param><embed src="http://www.youtube.com/v/n2Uj-fXZeAQ?fs=1&hl=es_ES&rel=0&color1=0xcc2550&color2=0xe87a9f" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="320" height="265"></embed></object></center>Pablohttp://www.blogger.com/profile/17592880425075222498noreply@blogger.com28tag:blogger.com,1999:blog-1435678442818207339.post-54862759686432187182010-11-02T23:40:00.000-03:002010-11-02T23:41:09.339-03:00Aves de pasoFue difícil encontrar el lugar donde habíamos pasado toda nuestra secundaria. El campamento de San Antonio de Areco había sido desmantelado, no existía más. En su lugar, había una tranquera que invitaba a almorzar una parrillada gigantesca. El terreno fue vendido y ahora era una estancia turística. Casualmente, el mismo lugar donde terminamos almorzando. En ningún momento, nos negamos la posibilidad de entrar, eso sería negarnos el recuerdo. El último recuerdo. A primera vista, era “otro” lugar. No había hamacas de tablones y sogas entre los árboles, yo las hubiera dejado. La brisa del mediodía era la misma que hace veinte años, ese frescor que cobija siestas kilométricas bajo alguna sombra. También estaba los ladridos de miles de perros, a lo lejos. El experimento de cerrar los ojos durante un largo tiempo funcionó. La brisa y los perros trajeron las risas que se escondían en aquel lugar, los gritos, los llantos, el silbato de algún coordinador. Todo esta ahí, servido para la añoranza.<br /><br />Ahí estábamos, almorzando, en lo que era la primera salida oficial de Bruno desde que llego de París. Un asado con todos, en Areco, y nosotros riendo, gritando, hablando todos a la vez, volviendo a reir y a gritar. Ahí estábamos, mezclando recuerdos de campamentos anteriores, tejiendo nuestras risas entre presente y pasado.<br /><br />En contadas ocasiones, el mejor recuerdo puede que venir acompañado de muchas cosas; incluso, mágicamente, puede generar otro recuerdo más fuerte. La vida es así, siempre pasa algo que uno va sumando a cuestas de la propia existencia. <br /><br />Bruno estaba feliz, todos estábamos felices. Eso era lo único que importaba.Pablohttp://www.blogger.com/profile/17592880425075222498noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-1435678442818207339.post-37089333029837084482010-10-29T00:01:00.000-03:002010-10-29T15:31:39.608-03:00El ritoDurante los cinco años del secundario tuvimos un ritual: la noche anterior al viaje, nos quedábamos a dormir en la casa de Diego. <br /><br />En este punto, comienza la historia que quería contarles. Es una “no-historia”, no se ilusionen, y disfruten los recuerdos. Disfruten del abanico de historias que vendrán, las que fueron y son las instantáneas de mi memoria. Las fotos que quedan.<br /><br />Me acuerdo que dormíamos amontonados en la pieza de Diego, escuchando el sonido de una radio que entraba por la ventana. La música llegaba del caserón inmenso que había junto a la casa de Diego. Era un geriátrico; y lo fue hasta que el trazado de la nunca construida Autopista 3, expropió todas las casas de Holmberg y Monroe. Los que vimos el desalojo del geriátrico guardamos ese recuerdo en un lugar muy oscuro de nuestra memoria. Pero, por ahora, la historia del geriátrico no es importante.<br /><br />Lo más importante del geriátrico fue que allí, trabajaba la mamá de Diego, y siempre tenía alguna historia para contarnos. <br /><br />Durante años, la noche del primer viernes de febrero, esperábamos ansiosos escuchar estas historias. El sábado a primera hora, salíamos hacia San Antonio de Areco, sin haber pegado un ojo en toda la noche. Si hay algo que sabía hacer bien la mamá de Diego era contar historias, siempre sospechamos que era mas que una simple enfermera.<br /><br />En la mayoría de los relatos siempre había un viejo escondido por ahí, una mano arrugada que te acariciaba mientras dormías, el olor a crema que se percibía en el aire... todo funcionaba y creaba un clima perfecto. Teníamos miedo, la mamá de Diego sabía contar historias.<br /><br />- ”El gato que no dormía con nadie”- murmuré cortando el silencio del viaje.<br />- ¡Hijo de puta!- Diego soltó una carcajada.- ¿Cómo te acordás?<br />- No, no...- corrigió Pato desde el asiento de atrás.- Era “El gato que nadie quería a sus pies”.<br />- ¡Es verdad!- Pato iluminaba mis recuerdos.- Que grande tu vieja, Diego.<br /><br />Fue increíble ver como, veinte años después, todos nos acordábamos las mismas historias y todos les habíamos puesto los mismos nombres. "El gato que nadie quería a sus pies", "El viejo que se creía Johnny Weissmuller", "El señor que nunca supo de qué murió", "La silla de ruedas y el cuadro de Rosita", "Descanse en paz, Señor Benavides", “La nieta invisible” y alguna más, fueron algunas de las historias que nos regalaba la mamá de Diego. Todos recordamos la historia del gato como la que más miedo nos dio. Pero como les dije, esas son historias que no vienen al caso, por lo menos ahora.<br /><br />El viaje fue tranquilo, cada vez faltaba menos.Pablohttp://www.blogger.com/profile/17592880425075222498noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-1435678442818207339.post-20561192688803817882010-10-22T00:01:00.001-03:002010-10-26T11:08:43.117-03:00Promesas sobre el bidetCuando terminamos séptimo grado hicimos una promesa: "continuar la secundaria juntos". Todos. Alejandro, Martín, Diego, Gabriel, Agustín, Richard, Pato, Bruno. Pudimos cumplirla. Por supuesto, gracias a nuestros padres, pudimos cumplirla. No se ni quiero saber, como hizo cada uno de nosotros para que la opción de cambiarnos de colegio, no existe. Pagar un doble escolaridad en esa época no debe haber sido fácil para ninguno de nuestros viejos. Con aquella inocencia de no ser partícipes de ninguna decisión importante en nuestras vidas, consideramos la promesa como cumplida.<br /><br />No volvimos a prometernos nada hasta terminar la secundaria. El incertidumbre de que la vida nos tirara a cada por en un rincón del mundo era terrible. Sabíamos que eso iba a pasar. Entonces, hicimos una promesa. Algún día íbamos a volver a uno de los lugares que más felicidad nos regaló: San Antonio de Areco.<br /><br />Si había algo que esperábamos con ansiedad durante todo el año, era el campamento en Areco. Irse de campamento era una señal: el año lectivo terminaba. Todos las divisiones, de primero a quinto, iban a pasar unos días en Areco. <br /><br />Cuando terminámos la secundaria, la promesa fue: "vamos a volver a Areco cuando seamos más grandes". Bruno se fue a París. Nunca pudímos cumplirla.<br /><br />Veinte años después, íbamos en cuatro autos a San Antonio de Areco. <br /><br />Zona de promesas.Pablohttp://www.blogger.com/profile/17592880425075222498noreply@blogger.com16tag:blogger.com,1999:blog-1435678442818207339.post-2925386441466401142010-10-19T00:01:00.001-03:002010-10-19T15:38:12.607-03:00Salud, dinero y amorAl día siguiente, renuncié a la agencia de eventos. La sensación fue gratificante; igualmente, deje una “ventana abierta” (nunca se sabe). Caminé por Cabildo hasta Plaza del Carmen. Victoria estaba en el primer piso, leyendo el diario.<br /><br />- “Trabajo: Cambios laborales. El optimismo laboral marca un estilo propio que debe contagiar al resto de sus colegas”. No esta mal para empezar la semana- dijo Victoria.- “Dinero: Cuide sus ahorros para invertirlos en el momento justo. Piense antes de gastar”.<br />- Claro, por la nena- suspiré.- Nos vamos a fundir.<br />- Eso no cuenta. Este es el horóscopo de la semana, no es un extendido de nueve meses. Mira: ”Amor: El buen humor es el mejor estímulo para el amor. Amor con amor se paga”.<br />- Bueno, nosotros siempre reímos de todo. Estoy de acuerdo- el mozo trajo un café con leche.<br />- “Vida social: Un viaje al pasado”.<br />- Ya viajaste, Vicky… A Colonia… Tu horóscopo atrasa.<br />- No es el mío… estaba leyendo el tuyo- dijo Victoria.<br />- ¿El mío? Basta, Victoria no leas más… no quiero saber mas nada…<br />- “Sorpresa: Todo rojo”.<br />- ¿Qué te dije? <br />- Si vos no crees en estas cosas, nunca lo lees.<br />- ¡Precisamente por eso, Victoria! ¡Porque creo, es que no leo! ¡La puta madre!<br />- Dejate de joder, Pablo, mira si vas a creer en esas cosas, además…- Victoria fue interrumpida por una llamada a mi celular.<br />- ¿Hola? … ¿Que haces, Martín? … ¿Este domingo?- trague saliva.- Si, si… dale, buenisimo. Este domingo… ¿Me pasas a buscar? ... Listo, un abrazo- cerré la llamada y mire a Victoria.- Era Martín… para invitarme a comer un asado con los chicos, así sacamos a pasear un poco a Bruno.<br />- Copado- dijo Victoria.<br />- Es un almuerzo en San Antonio de Areco, un asado… en el mismo lugar donde ibamos de campamento con el colegio. Hace mas de 20 años que no voy a ese lugar.<br />- ¡El viaje al pasado!- grito Victoria, y empezó a reir.<br /><br />Terminamos el desayuno, con el peso de un horóscopo que amenazaba cumplirse rigurosamente.Pablohttp://www.blogger.com/profile/17592880425075222498noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-1435678442818207339.post-31253094155702467882010-10-15T00:01:00.000-03:002010-10-17T02:23:23.099-03:00Me verás volverDicen los “teóricos” del guión que “el diálogo es el elemento principal”. La teoría esta llena de frases como esa. Así entonces, el desarrollo de un guión consiste en la conversación entre dos o más personajes, por medio de los “diálogos”.<br /><br />Bien, Victoria y yo no cruzamos casi ni una palabra en el viaje de vuelta. Sin embargo, nuestras miradas decían mucho. Por primera vez en mucho tiempo me sentía en paz, tranquilo. El cuerpo de Victoria durmiendo sobre mi hombro en el Buquebus, me reconfortaba. <br /><br />El detalle de los personajes -en cine, teatro, radio o televisión- se entrega en hojas separadas al manuscrito original. Esa “biblia” incial debe tener una sección que indique las actitudes, ademanes y expresiones en general, de los personajes. Es decir, cómo actuarían ante determinada circunstancia.<br /><br />Victoria era una persona “cálida”, en más de un sentido. No solamente tratarla reconfortaba, Victoria tenía la cualidad de la tibieza en la piel. En verano o en invierno, su cuerpo era brasa tibia. Me encantaba eso, la posibilidad de encontrar en invierno una espalda tibia donde refugiarme. En verano, era la excusa perfecta para dormir debajo de un ventilador de techo en velocidad moderada, o con la ventana abierta.<br /><br />La noticia del embarazo todavía no terminaba de “caerme”. Cada vez que pensaba en eso, el corazón me latía a mil por ahora. Las cosas estaban claras, tenía que tomar una decisión.<br /><br />Cambiar un poco mis obligaciones laborales y mantener cierta estructura. Convertir mi vida laboral en algo “sólido, lineal, entendible”; eso era lo que estaba en juego. No había lugar a dudas, conseguir “estructura”… rutina. Si bien, mi laburo no era tan “rutinario”, siempre sucedían cosas distintas, el mundo de la “media” política no dejaba de sorprenderme. Ley de medios, 82 % móvil, glaciares, comunicados, gacetillas, vivir en un agite permanenten... todo lo que yo (en cierta forma) esperé vivir toda mi vida. Vivir de mi profesión. Sumado a todo esto, además estaba el laburo en la agencia de eventos sociales; y también la editorial con Gabriel, y tantas cosas... <br /><br />Me di cuenta, que estaba viviendo una vida para otra persona (en cierta forma). Una vida para alguien “sin novia, sin esposa, sin hijos”. Tuve la sensación de vivir un momento de vida con retraso... ¿Por qué esta plenitud laboral me llegaba tan tarde? Puta madre. No podía dejar de trabajar, no podía perder todo lo que siempre soñe...<br /><br />- ¿Qué pensás?- Victoria se había despertado.<br />- No sé qué hacer, Victoria- suspiré.- No se qué mierda hacer con todo.<br />- Yo te voy a decir lo que tenes qué hacer, pero me tenes que hacer caso- me miro fijamente- Prometelo.<br />- Lo prometo.<br />- Tenes que hablar con Elizabeth y darle forma a tu laburo, con horarios, de tal hora a tal hora, punto. Podés laburar los fines de semana, pocas horas- se acomodó un poco en asiente.- Con respecto a los eventos sociales, eso ya no lo podes seguir haciéndo. No tiene sentido, es un laburo que solamente es fuerte 6 meses al año. En vacaciones, y en época de clases, nadie cumple años, nadie se casa, nadie... Por eso nosotros elegimos casarnos en diciembre, ¿te acordás?<br />- Si- tenía razón.<br />- La editorial no podes dejarla. La editorial es lo que te va a mantener conectado con tu parte creativa, va a ser tu cable a tierra- levantó una ceja.- Resumiendo, yo creo que si dejás el tema de las fiestas, y te acomodas a una rutina con el tema de Elizabeth, va a estar todo bien. ¿Entendiste?<br />- Si- respondí.<br />- A ver, ¿qué entendiste?<br />- Las fiestas se van.<br />- Muy bien- Victoria sonrió, volvió a cerrar los ojos y se acomodó sobre mi pecho en un suspiró eterno.<br /><br />Lo que siempre me llamó la atención de los “teóricos” del guión es la fascinación por encasillar y estructurar todo. "La estructura de una obra no debe dejar lugar a dudas, debe ser sólida, lineal y entendible". <br /><br />Siempre odié esa clase de limitaciones. Un guión siempre tiene que tener una "salida de emergencia".<br /><br />Cerre los ojos, y me dormí.Pablohttp://www.blogger.com/profile/17592880425075222498noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-1435678442818207339.post-50143056884989467762010-10-12T00:01:00.000-03:002010-10-14T16:22:04.283-03:00Orange blossom special- Vamos a tener que comprar naranjas- fue lo único que dije después de la noticia, Victoria me miró. Supongo que no esperaba esa respuesta. Dentro de mi cabeza, yo ya estaba a mil por ahora. Pero en ese mar de pensamientos y posiblidades, en lo único que podía pensar era en “naranjas”.<br /><br />La lógica masculina implica que la mayoría de las mujeres experimentan antojos durante el embarazo. En realidad, los deseos más populares son los alimentos dulces y salados, o alimentos con mucha grasa o picantes.<br /><br />Victoria, no. Victoria era fanática de las naranjas, de cualquier tipo, de jugo, de ombligo, en barrita de cereal, en Fanta, en Tang, en Freddo. Era su alimentos preferido.<br /><br />- Claro, muchas naranjas- murmuró Victoria, y seguimos abrazados y rato más; ahora sí, en silencio.Pablohttp://www.blogger.com/profile/17592880425075222498noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-1435678442818207339.post-52231162918210370922010-10-08T00:01:00.001-03:002010-10-08T12:31:52.594-03:00Boletos, pases y abonos“Un buen guión tiene que tener: introducción, nudo y desenlace”, dijo Aristóteles. Si existen esos tres momentos bien definidos, uno ya puede pensar en salir a venderlo. Pobre Aristóteles, murió auto-exiliado y sin un peso.<br /><br />- ¿Cuanto te debo?- pregunté, los que se llenaron de dinero fueron los que vinieron después de Aristóteles y reformularon su teoría.<br />- 200 pesos- dijo la rubia, desbordando simpatía en su uniforme azul.<br /><br />Syd Field, por ejemplo, impuso dentro de la teoría aristotélica, los “puntos de giro” o “plot-points”. Para Field, una buena historia tiene que tener dos puntos de giros: el primero entre la introducción y el nudo, y el segundo entre el nudo y el desenlace. Luego del primer punto de giro, el nudo termina con una acción del personaje que lo mete de lleno en el desarrollo del final. Es la alfombra que dice “bienvenidos al final”.<br /><br />- Elizabeth, mañana no vengo- los teléfonos del tercer día sin Victoria ya empezaban a torturarme.- Estoy muy cansando.<br />- Se te ve cansando, Pablo. Mañana es viernes, y esto los viernes esta tan muerto como el amigo de Federico- Elizabeth se sirvió un café y salió al balcón de la oficina a fumar un cigarrillo.<br /><br />El segundo punto de giro debería significar una acción tan contundente que no deje dudas acerca de la predeterminación del final.<br /><br />- Su vuelto- sonrió la joven rubia.- Bueno Aires/Colonia, el buque sale a las 18.45, llega a Colonia a las 21 horas, aproximadamente. Un adulto, descuento con Visa. Muchas gracias, señor.<br /><br />Años más tarde, Field introdujo un nuevo concepto: el “midpoint”, el cual no tiene una traducción suficientemente lograda. El “midpoint” es un “punto de giro” que va directamente unos minutos antes del final, una especie de climax. Piensen en películas como <span style="font-style:italic;">The prestige</span> y <span style="font-style:italic;">The unusual suspects</span>, y lo van a entender.<br /><br />Siempre me pregunte como se jugaría un “midpoint” en <span style="font-style:italic;">When Harry met Sally</span>. Sería algo así. Harry estaría corriendo hacia la fiesta de Año Nuevo donde esta Sally; pero se chocaría con otra chica y se enamoraría de ella. Mientras tanto, Sally estaría sola mirando los fuegos artificiales y, de pronto, alguien la invitaría a bailar. El final sería una batería de imágenes del futuro de Harry y Sally con sus respectivas nuevas parejas al ritmo de Auld lang syne. Bueno, esto es una cagada.<br /><br />Victoria me abrazo sin decir una palabra en el hall del hotel; su cara de sorpresa lo decía todo, tenía esa sonrisa encantadora que siempre me enamoró. <br /><br />Un “midpoint” tiene que tener tan fuerza como para patear el tablero en cinco minutos. Es cuando el asesino no es el asesino, cuando pasan esas cosas que no ves venir. Lo bueno de la mayoría de estas reglas es que siempre pueden doblarse, por eso son ficciones, porque uno puede darle la forma que quiere. Esto en la realidad, no pasa. Las cosas simplemente son.<br /><br />- Te quiero- no me dijo nada más, continuo abrazándome, acercando su boca a mi oreja. En la vida real, la linealidad de cada historia (estructurada en tres, cuatro o cinco partes) es tan única que no permite “midpoints”. Como decía, esto en la realidad, no pasa.- Estoy embarazada, Pablo.<br /><br />Las cosas simplemente son.Pablohttp://www.blogger.com/profile/17592880425075222498noreply@blogger.com31tag:blogger.com,1999:blog-1435678442818207339.post-28684081316968595322010-10-05T00:01:00.001-03:002010-10-05T02:37:53.008-03:00No te mueras en mi casaExiste cierta gente que, en un momento determinado de su vida, tienen una sensación extraña, algo que los come por dentro, un deseo autodestructivo de finalizar su paso por el mundo. Las personas que lo logran se llaman suicidas. Los caminos hacia la autodestrucción de nuestro ser son variados; pero hay algo que esta claro: los que sobreviven, nunca llegan a comprender los motivos de los muertos.<br /><br />- Pablo, decime… ¿Nunca tuviste la sensación de que tu vida no tiene sentido por sí sola?- preguntó Jorge Fantasma, llorando su melancolía en la quinta cerveza.- Hasta hace seis años, yo creía que mi vida iba a ser la típica rutina diaria de superación personal… que todos los días me iba a enfrentar a los mismos problemas que los demás, que no iba a existir nada original.<br />- Que te ibas a convertir en una gota de agua en el mar…- mis ojos miraban bajar la espuma de un porrón que estaba perdiendo su frescura. Me gusta la cerveza natural, soy de esos locos. En realidad, a Victoria le gusta... y... ahora me gusta a mí. Raro.<br />- Claro, una gota más… pero un día conocí a Clara. Ella me cambió la vida- murmuró Jorge.<br />- Me alegro mucho- por un momento tuve una sensación de afinidad con Jorge casi mística, pensé en contarle mi historia con Victoria, pero el tipo siguió hablando.<br />- Hace un mes, Clara me dejo por otro… un abogado, creo- Jorge volvió a llenar su boca con cerveza, casi media botella de un trago.- Y ahora que Clara me dejo, todo vuelve a ser como antes… sin sentido.<br />- No creo que sea tan así, en la vida hay un momento para cada cosa- inventé una respuesta protocolar, que no sirvió de mucho.<br />- Eso es verdad… hay tiempo para todo. Para crecer, para cualquier cosa- hizo una pausa, terminó su cerveza.- Tengo tanto tiempo para pensar, que incluso puedo pensar la mejor forma de quitarme la vida… Estoy mal, Pablo.<br />- ¿Sabe Federico esto?- pregunté. Federico Robot charlaba con la recepcionista del quinto piso.<br />- Federico hace rato que dejo de escucharme… solo le interesa hablar de su trabajo, de lo bien que le van las cosas, de la vida que “nos” sonríe… de “nuestros” sueños realizados y los que van a venir.<br />- Entiendo.<br />- Me dijo que tu laburo coordinando los eventos de prensa es bastante bueno- Jorge improvisó un brindis entre su botella y mi porrón.- Te felicito.<br /><br />Federico llegó a la mesa con la oficinista del quinto y sus amigas. La conversación <br /><br />- Las chicas van a bailar- sonrío.- Noche de solteros, Pablo... ¿Jorge?<br />- Noche de solteros- Jorge inventó una sonrisa cómplice.<br />- Me voy a dormir, muchachos; mañana tengo mucho laburo- me subí al primer taxi milagroso que cruzó Libertador.<br /><br />Un par de horas mas tarde, Jorge se quitó la vida. Cerca del Alto Palermo, por Arenales, una vereda tiene algunas baldosas rotas por el impacto de su cuerpo al caer del octavo piso. El kioskero de la esquina dijo que nunca va a olvidarse del ruido de ese golpe. <br /><br />- Pablo te juro que bailo toda la noche, Jorge no estaba mal... no entiendo como mierda hizo una cosa así- se justificó Federico a la mañana siguiente.- Le tengo que avisar a la novia, a Clara...<br />- Federico... Jorge y Clara se pelearon hace un mes.<br />- La puta madre- dijo, y creo que esa fue la máxima compostura que estaba dispuesto a perder.<br /><br />Federico Robot se pidió el día de trabajo, para hacer algunos llamados a los amigos que tenían en común. Después de todo, Jorge era su mejor amigo (al menos eso creí entender). Felicia Oficina se encargó de avisar a los demás de su ausencia, y derivarme sus llamadas. El teléfono fue cruel, no se quedó mudo ni un minuto. Así empezaba la mañana del tercer día sin Victoria... el panorama no podía ser mas desolador.Pablohttp://www.blogger.com/profile/17592880425075222498noreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-1435678442818207339.post-21103956440535699542010-10-01T00:01:00.001-03:002010-10-01T16:52:27.565-03:00Blues del traje grisEn el arte de la observación, aparecen distintas secuencias que se van tejiendo a partir del observador. Como dije con anterioridad, en primera instancia, es como caminar por un angosto tunel con la urgente sensación de querer llegar al final, ver qué mierda hay ahí. Con suerte, en una buena tarde, ese túnel se convierte en un laberinto, y uno puede elegir distinso caminos, distintas secuencias. Distintas historias, o sea.<br /><br />Les voy a contar la historia de Federico Robot. Tiene 35 años y un trabajo excelente, habla tres idiomas correctamente y es muy educado; una novia hermosa, por supuesto. Federico tiene un problema, una enfermedad: no tiene añoranza. Lo diagnóstique una noche hace tres meses, después de una jornada agotadora de trabajo que terminó en un after office de la calle Reconquista. <br /><br />Federico Robot es un hombre que no sabe extrañar, que perdió la añoranza y que se olvidó del sweater de lana verde que su mamá secaba con gusto a sol de media tarde. Se olvidó de su infancia en Mataderos, de sus amigos, y de amar a su novia.<br /><br />Lo único que le importaba a Federico era su trabajo, todo lo demás, le importaba poco y nada.<br /><br />Victoria había viajado hace dos días, y no tenía planes de volver a casa temprano. Federico salía de la oficina, me invitó a tomar algo, y rapidamente fuimos a la cochera del edificio. Cerca del auto nos esperaba una persona, un tipo de unos 35 años. Tenía un traje gris, gastado en los codos, una camisa blanca, y sobresaliendo de uno de los bolsillos dels aco, la corbata. Federico lo presentó como Jorge, su mejor amigo. <br /><br />- Pablo, el es Jorge Fantasma… mi mejor amigo, viene a tomar algo con nosotros, después vienen los otros chicos de la oficina- dijo Federico.<br />- ¿Qué tal?- salude a Jorge. <br />- Encantado- dijo Jorge.<br /><br />El tipo tenía la mano helada… Y esto, les aseguro, no es una metafora. <br /><br />En ese momento, yo no lo sabía, pero Jorge Fantasma tenía doce horas de vida.Pablohttp://www.blogger.com/profile/17592880425075222498noreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-1435678442818207339.post-41372946419629808202010-09-28T00:01:00.000-03:002010-09-28T17:59:33.121-03:00A cada hombre, a cada mujerUno de las cosas que me me gusta hacer cuando voy a un lugar nuevo es inventarle historias a la gente. Para hacer esto, primero hay que observar y tener un rapido panorame de cada habitat. Puede ser un banco, una plaza, un shopping, una esquina, una oficina… Una oficina.<br /><br />- Cuidado con Felicia Oficina- me dijo Elizabeth Veterana, dos días despues de aceptar el contrato.- Es una mala mina.<br /><br />Casi siete meses después de esta revelación, puedo asegurar que Elizabeth no se equivocó. Aquel consejo fue algo que agradecí en silencio con el correr de las semanas. Empece a cuidarme de Felicia, empecé a estudiarla.<br /><br />Observar a la gente es un hecho trasncendental y puede llegar a convertirse en una experiencia relajante. Uno puede aprender de cada gesto, cada experiencia o cada situación. Pensar una historia de vida para cada persona, es una buena manera de pasar el tiempo cuando estás en el banco esperando pagar un impuesto. <br /><br />Felicia es una chica que odia. Tiene el odio en su mirada, en su sonrisa y en sus palabras. Felicia trabaja 10 horas diarias sentada en una oficina, frente a su computadora; todos los días a las doce del mediodía sufre una terrible jaqueca que la acompaña toda la tarde.<br /><br />Lo bueno que tiene esto, es construir una mecánica de multiplicar historias, una historia te lleva a otra, y a otra. Lo mejor es elegir esos caminos, los que están fuera de la pista, y adaptarse a esa nueva búsqueda.<br /><br />Felicia Oficina también odia las risas de sus compañeros de trabajo, las risas complices entre mate y mate. No suele hablar con nadie. La mayoría de la gente que trabaja en el piso termina sus tareas a las cinco de la tarde. El primero en irse es Federico Robot. Entonces, Felicia llega a la cúspide de su odio. Todos los días, Felicia los ve irse. A ellos, a Federico Robot y sus amigos, con sus risas amontonadas y corbatas desajustadas. A ellas, perfumadas, cargando sus carteritas diminutas de cuero negro, sus bolsitas de Akiabara y sus tapado gris melange.<br /><br />Todo el mundo debería tomarse quince minutos por día para observar a quienes nos rodean. Este proceso nos convierte en personas con capacidades ilimitadas de imaginación, capaces de ver el futuro y desarrollar ciertas rutinas. Lo malo de todo esto, es cuando nos damos cuenta que, todo lo que imaginamos es la misma realidad… nuestro propio reflejo.<br /><br />El primer día sin Victoria me di cuenta de todas estas cosas. Me di cuenta que el único que se quedaba después de las cinco de la tarde, en aquella oficina, era yo… y Felicia.Pablohttp://www.blogger.com/profile/17592880425075222498noreply@blogger.com11tag:blogger.com,1999:blog-1435678442818207339.post-6952433414044257202010-09-24T00:01:00.000-03:002010-09-24T00:22:14.462-03:00Desapariciones- ¡Que susto! No te escuche llegar- dijo Victoria, mientras llevaba al tender de la cocina la toalla con la que terminaba de secarse el cabello. Tenía la bata blanca, como salida de baño, el pelo mojado y ese olor fresco a manzana.<br />- Victoria…- ella me miro.- ¿Qué hace la valija sobre la cama?<br />- Me voy a Colonia, vuelvo el martes.<br />- ¿Qué?<br />- La Agencia nos manda a participar de unas charlas de diseño multimedial. Me enteré hoy.<br />- Bueno, no vayas. Quedate conmigo- le dije seriamente.<br />- No puedo, tengo que ir. Igual no te preocupes que mi sentido de la diversión no pasa por estar 12 horas en un congreso de diseño- me regalo una mirada felina, se venía la garra.- Si bien me encanta mi laburo, a diferencia tuya, preferiría pasar mi tiempo con vos.<br />Le podes decir a tu jefe que no estaría bien dejar a tu marido solo- me saqué los zapatos.- Es muy probable muera de hambre.<br />- Son 4 días, Pablo- Victoria doblaba prolijamente unas camisas.- Además, vas a tener tiempo para pensar.<br />- Hija de puta, lo tenías todo re planeado.<br />- No, me enteré hoy- suspiró.- Pero es necesario que sepas algo, no me banco más esto. Tenes que hacer algo. Yo se que estás haciendo lo que siempre soñaste, que poco a poco se esta dando todo lo que quisiste. Pero escuchame bien, y no quiero equivocarme, pero yo también soy algo que vos siempre quisiste.<br />- ¡Cuatro días! ¡Me quiero morir!- me tire en la cama.<br />- No me estás escuchando.<br />- Si, Vicky, te escucho… te escucho. Algo voy a hacer- cerré los ojos, estaba pensando, lo juro. Todas las soluciones implicaban tener que dejar algo de lado. Sentí el peso de Victoria hundiéndose en la cama, y de nuevo el olor a manzana fresca me hipnotizó.<br />- ¿Cenamos?- preguntó, recostándose en mi hombro.<br />- Quedate un ratito más así- le dije.<br />- Traje empanadas, supongo que puede llegar a ser la última comida decente que pruebes hasta que yo vuelva.<br />- En esta casa el único que cocina soy yo.<br />- No, Pablo, esa es otra de las cosas que dejaste de hacer cuando agarraste el nuevo laburo, sin dejar los otros.<br />- Dale, ¿otro palo más? Encima que te vas cuatro días dejando a la buena suerte.<br />- Claro, necesito estar bien segura que si yo me voy, vos te vas a quedar pensando en lo que hablamos. <br />- ¡Cuatro días!<br />- Mira el lado positivo, vas a poder hacer lo que te gusta- sonrió Victoria.<br />- ¿A ver, qué?- pregunté.<br />- Comer en Burger King, mirar a Jesica Cirio en Bailando por un sueño y… trabajar toda la noche…<br />- ¡La puta que te pario!<br /><br />Nos abrazamos fuerte, entre risas. Victoria había manejado la conversación y la situación a la perfección. Puso las cartas sobre la mesa y dejo en claro que esperaba una decisión a su regreso.<br /><br />Cenamos. También hicimos el amor, y terminamos la noche durmiendo abrazados.<br /><br />A la mañana siguiente, escuche el timbre del remis que la iba a llevar a tomar el buque. “No te levantes, descansa”, entre sueños y susurros, la voz de Victoria se despedía. Alrededor de las 8 de la mañana, decidí levantarme. Después de ducharme, mientras desayunaba, abrí mi agenda. <br /><br />“¿Qué son cuatro días a cambio de toda una vida juntos?”, en cursiva, con marcador fibrón negro, la letra de Victoria cruzaba todas mis actividades de sus cuatro días ausentes. Antes de irse, ella dejó en claro que, no importaban las reuniones, ni las corridas laborales, no importaba nada en esos cuatro días. Excepto, sí; una sola cosa: nuestro futuro.Pablohttp://www.blogger.com/profile/17592880425075222498noreply@blogger.com22tag:blogger.com,1999:blog-1435678442818207339.post-86832699213110189122010-09-21T00:01:00.000-03:002010-09-21T00:01:01.135-03:00Yo quiero morirme acáA ver, en principio, me gustaría dejar en claro algunos detalles históricos sobre el matrimonio. Antes que el mundo fuera como todos lo conocemos ahora, el matrimonio era la unión de dos almas que -decían- ni la muerte misma podía separar.<br /><br />Citaré algunos ejemplos para ilustrar esta cuestión. Dicen que los vikingos quemaban a sus guerreros con sus esposas, que se mostraban muy dispuestas al suicidio asistido. A los guerreros solteros, se les proporcionaba una esclava, aunque no tan dispuesta (creo). Los hindúes, por otro lado, practican el ritual de Sati. En este rito, la mujer que enviuda recientemente debe inmolarse en la pira funeraria de su difunto marido.<br /><br />Ahora bien, en la realidad, la mayoría de nosotros creció escuchando otra cosa. “Hasta que la muerte los separe”. Esta frase es pintoresca, no deja de tener cierto candor poético.<br /><br />Llegué al departamento a las diez de la noche. Victoria no respondió ninguna de las dos llamadas que realicé. El celular estaba apagado. Abrí la puerta, y me tranquilizó escuchar algunos ruidos que venían de nuestra habitación. <br /><br />Victoria estaba en el baño, sobre la cama matrimonial, había dos valijas y algo de ropa. Las puertas del placard estaban abiertas, trabadas con cajones mal cerrados. <br /><br />“Hasta que la muerte los separe”. Hay detalle teórico que las estas dos concepciones de “muerte y matrimonio” no tuvieron en cuenta. ¿Qué pasa cuando lo que se muere primero es el amor? No había respuesta para esto.<br /><br />O si, porque la estaba descubriendo en ese mismo instante. Mi corazón se detuvo, lo juro; sentí el freno de mano de mis latidos. Durante esos segundos, no puedo precisar cuántos, estuve muerto.<br /><br />La puerta del baño se abrió. Ahí estaba Victoria.Pablohttp://www.blogger.com/profile/17592880425075222498noreply@blogger.com24tag:blogger.com,1999:blog-1435678442818207339.post-7399665838718422812010-09-17T00:01:00.000-03:002010-09-20T21:32:30.038-03:00PaintMe gustan las chicas que saben diferenciar un "lila" de un "violeta".Pablohttp://www.blogger.com/profile/17592880425075222498noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-1435678442818207339.post-50490201197747239212010-09-14T00:02:00.002-03:002010-09-14T00:20:33.507-03:00Desarma y sangraProbablemente, tendría que haber hecho lo que la mayoría de los hombres harían en una situación como esa. En teoría, lo primero que hacen todos los hombres cuando su novia (o esposa) intenta dejarlos es -por supuesto- intentar convencerla verbalmente que se quede. En estas ocasiones, la mayoría de los hombres preparan un largo y emotivo discurso sobre la posibilidad de ser “el hombre adecuado para ella” y sobre por qué ella esta “cometiendo el mayor error de su vida si se va”.<br /><br />- ¿Y que hiciste?- preguntó Mariana Pizza, mientras colocaba edulcorante en su café con leche.<br />- Nada.<br />- ¡Sos un pelotudo!<br />- Esas cosas no funcionan, Mariana. No voy a salir corriendo a buscarla al laburo y decirle que la quiero, que sarasa... Esto no es el fin del mundo.<br />- ¿Seguro?<br />- Seguro- suspiré.- Esto no es el fin del mundo.<br /><br />Hay muy pocas cosas que hay que tener en cuenta cuando una relación esta tambaleándo hacia el desastre. Lo primero que hay que considerar es que “no es el fin del mundo”. En mi caso, esta premisa funciona como una especie de auto-engaño que da cierta confianza y logra mantenerme calmo. Y en esa calma, poder pensar.<br /><br />- ¿Y qué vas a hacer?- el que hablaba era Gabriel, ahora.<br />- Eso, ¿qué vas a hacer?- presionaba Mariana.<br />- Lo que mejor se hacer...<br />- ¿“Hacerte el boludo”?- dijo Mariana, y buscó la complicidad de Gabriel.<br />- Y...<br />- Creo que esa no es una opción copada, Pablo- aconsejó Gabriel.- Construiste algo re lindo... no podes dejar que las cosas “te pasen”. Tenes que hacer algo.<br />- No se manejar estas situaciónes, Gabriel- busqué una escusa.<br />- Organizate, boludo, organizate, por una vez en tu vida. Elegí laburos, prioriza.<br />- Todo es importante; y eso vos lo sabes.<br />- Esto es mas importante- Gabriel buscó la hora en su celular.<br />- Acá esta lo mío. Un café con leche, tres medialunas- Mariana dejo la plata sobre la mesa.<br /><br />Salimos de La Opera, encendí un cigarrillo. Mariana Pizza se perdió en Callao rumbo a Córdoba. Gabriel se fue por Corrientes hasta el Paseo La Plaza.<br /><br />Yo encendí un cigarrillo, y camine hacia Rivadavia, por Callao.<br /><br />Llame a Victoria al celular, y lo tenía apagado.<br /><br />Eso no era una buena señal.Pablohttp://www.blogger.com/profile/17592880425075222498noreply@blogger.com27tag:blogger.com,1999:blog-1435678442818207339.post-72612908459835218662010-09-10T03:00:00.000-03:002010-09-11T03:30:06.017-03:00Blues de la amenaza nocturnaSiempre fui muy analítico con el “amor”, muy de criticar todo. Para mí, el enamoramiento es un estado de ánimo, un desencadenante de lo que llamamos "amor". Esta experiencia, el “amor”, puede ser compartida o no por la otra persona. Si esta persona, responde a nuestro deseo amoroso; en el ida y vuelta, aparece: la magia.<br /><br />En esta etapa, no parece haber barreras ni límites para los enamorados; es como si nada tuviera más sentido que ellos mismos. Acá encontramos por primera vez, la noción de: espacio relativo. "El mundo deja de ser el mundo y se sucede a -el mundo sin vos-".<br />Esto quiere decir, y es lo que generalmente sucede, que el enamorado puede sentir sensaciones de frío, calor, tener taquicardia, ponerse a temblar, ponerse colorado ante la presencia de la persona amada o con solo oír su nombre. Se vive con mucha intensidad, pero también con muchísima inseguridad. Uno puede llegar a sentir, desde la alegría más absoluta a la tristeza más profunda, cuando ese “mundo sin vos” está en juego.<br /><br />El martes pasado llegué a mi casa a las dos de la mañana, cansadísimo, con un asqueando olor a cigarrillo, y el hombro torcido por el peso de la notebook. Victoria no dijo nada, pero su cara aventuraba la posibilidad de una lista enorme de reproches.<br /><br />- Ya se, ya se…- fue lo único que pude llegar a decir.<br />- Esto no va más, Pablo. Estoy cansada de no ser ni siquiera una segunda opción. - suspiró Victoria.- Tenes un problema serio con el laburo… tenes que aprender a decir “no” porque ya no aguanto más. Vas a tener que elegir, o el laburo o nosotros.<br /><br />Ese fue “mi” momento, cuando el “mundo sin vos” se estaba rompiendo. Cuando mi mundo sin Victoria se transformaba en nada. No dije ni una palabra, me acerque y apoye mi cabeza en su hombro, hundiendo un suspiro largo. Sentí un beso suyo en la frente, mientras sus manos me quitaban los lentes. Me quede dormido.<br /><br />Cuando me desperté, ella ya se había ido.Pablohttp://www.blogger.com/profile/17592880425075222498noreply@blogger.com16