viernes, 11 de junio de 2010

Love and marriage

Como se podría haber esperado, los primeros seis meses de matrimonio fueron como una prolongada luna de miel. Básicamente, no hubo muchos cambios en nuestras rutinas. Victoria y yo manteníamos una “casi” convivencia desde hacía dos años (un poco más) antes de casarnos. Por lo tanto, no hubo sorpresas en ese aspecto.

Algunos de mis amigos casados me dijeron que los primeros seis de meses eran una prueba de fuego, que la diferencia la marcaban la ceremonia, la libreta y ese pedacito de papel que decía “matrimonio”. Dijeron que las cosas habían cambiado para ellos, que se les había hecho muy difícil.

En mi caso, no hubo sorpresas que vengan desde la convivencia. Con Victoria ya teníamos en claro que queríamos cuando pensamos en casarnos: formar una familia, ser felices, cuidarnos mutuamente, tener una casa con patio o un departamento grande con balcón-terraza (de esos donde podes poner una mesita con sillas y tomar mate).

Nuestra única diferencia de criterios es con respecto a “formar una familia”. Yo quería tener hijos a la brevedad. Me hubiera gustado culminar el año esperando un bebe. Victoria, por el contrario, quiere esperar un poco más. Como dice el refrán, “si uno no quiere, dos no pueden”. Decidimos esperar, decidí esperar. No hubo sorpresas con respecto a este tema.

Somos felices, nos cuidados; eso lo tenemos claro. Con respecto a la vivienda, el departamento de Belgrano R cumple perfectamente el sueño de poder “formar una familia”. Son cuatro ambientes, cortesía de la abuela de Victoria. No tiene balcón-terraza, pero es más que suficiente para empezar. Tampoco hubo sorpresas en este tema.

El principal reto de una pareja de recién casados es elaborar un plan financiero conjunto que les permita realizar todos sus sueños, un soporte económico donde ambas partes puedan ser felices. Victoria trabaja en una agencia de publicidad pequeña como diseñadora multimedial. Esa es su única entrada de dinero, además de algún laburo de diseño de logos o afiches. No esta tan mal. En mi caso, siempre labure de más, mi idea para generar entradas de dinero (además del alquiler de mi departamento), fue tejer una red laboral que me permita y siempre dentro de lo que me gusta hacer: escribir. Sin sorpresas, económicamente estamos bien, levantando cabeza después de los gastos del año pasado. Casarse es básicamente ser el boquetero de tu propia cuenta bancaria; pero bueno, se sale, con una buena organización, se sale. Por lo tanto, no hubo sorpresas económicas tampoco.

Las sorpresas vinieron de afuera, claro. La llegada de Bruno, y los recuerdos. La propuesta laboral de Elizabeth Veterana, y mi decisión. Mariana Pizza y la necesidad de alguien confiable para contenidos artísticos de radio. Alejandro, mi querido Alejando, y sus terribles ganas de hacerme cruzar la enorme línea que separa al “tipo que escribe” del “tipo que actúa y escribe”. Estas fueron las sorpresas, las descaradas sorpresas. Y cada una de estas sorpresas, llevó a una decisión fundamental.

La primera de todas, el primer encuentro, fue a fines de febrero de este año, cuando decidí encontrarme con Elizabeth Veterana y escuchar su oferta. Fue algo que cambió mi vida, que produjo ausencias involuntarias y la caída en un mundo lleno de anécdotas y oscuridades.

De eso se trató mi ausencia, de no saber decir "no".

9 comentarios:

Anónimo dijo...

volviste! y en figuritas! (como Alf, jaja)

está bien, tenías que terminar la historia de Franelita, el que te habías encontrado cuando ibas a ahcer el bendito trámite...

y la vida de casados... a ser feliz crajo! :)

saludos, sé que no tenés mucho tiempo, pero me gustaría que cuando puedas pases a leer mi último texto

Lola dijo...

Te acompaño en el sentimiento de esto de no saber decir no. Son son letras nada más, no debería ser tan dificil poder pronunciarlas no?

Yo tenía la idea que una vez que te casabas cerrabas el blog, menos mal que no fue eso.

Besos

Maqui dijo...

me gustan los sum up como estos...

ojo con lo del no...ojazo.

Anónimo dijo...

Pabli! Tenés que aprender a decir que no! Mirá quién lo dice ¬¬
Pero a mí también me trae bastantes problemas el no poder decir que no.
En fin, me alegro que la convivencia con Vicky no haya cambiado mucho y el bebé ya va a llegar :D
Suerte y besi :)

Pequeña Hechicera dijo...

que lindo todo. hoy me puse al tanto, pensé que nos abandonabas sin decir adios... qué triste!

Gracias por volver, y revivir tu historia acá.

Anónimo dijo...

Pero la vida sin sorpresas es aburrida! Por algún lado tenían que venir.
Tengo el mismo problema, no tengo el sí fácil, tengo el no difícil como digo yo.

Agustín Molina dijo...

mientras hayas aprendido de pronto a decirle que no a algún requerimiento de la veterana!

Paula dijo...

Cuánto hacía que no venía por acá!!!!
Pablito, si querés te enseño a decir NO y con cara de pocos amigos, jajaajaa!!!
Es fácil, y si no da, con decir: "Estoy muy ocupado" zafás del NO!!!

Te dejo un beso grandote y espero que vuelvas pronto!!!

Cris dijo...

Somos todo oidos..... y ojos