sábado, 9 de abril de 2011

En el camino

La semana pasada acompañe a Victoria a una de esas visitas relámpago al ginecólogo. “Acompañar” es algo relativo, lo admito. Repentinamente, el subte entre Callao y Juramento a las seis de la tarde realizó una travesía eterna. Victoria decidió -vía mensaje de texto- que no era importante mi presencia en la consulta, pero que si “sería encantador” que fuera a buscarla a la salida. Eso hice.

Decidí que el mejor lugar para esperar a Victoria era el kiosko de diarios y revistas en Cabildo y Juramento. Entonces la vi, ahí estaba: una de estas revistas progres de embarazadas modernas. “La vida sexual durante el embarazo (Lejos de la monotonía sexual, nuevas posiciones sexuales para todos los gustos y placeres)”, el título con bajada de dos líneas, interlineado de 0,5, prometía.

La nota comenzaba -si, la compré- con la gran verdad que aqueja al casado (embarazado): “algunos hombres tienen miedo de tener relaciones sexuales durante el embarazado”. Por suerte, la revista se comprometía a llenar ese lugar (metafóricamente hablando) que durante nueve meses no hacía otra cosa que cargar con mitos y prejuicios. Bien, luego de una introducción cargada de cosmopolitanismos, venía lo bueno… las posiciones innovadoras.

“Debes recostarte sobre un lado, mientras tu novio hace lo mismo detrás de ti; los dos deben estar en la misma dirección. Envuelve tus piernas alrededor de su pierna de arriba y, empuja tu cola hacia él mientras te penetra. Una vez dentro, estira las piernas sobre las de él, deber mantenerte conectada y al mismo tiempo doblar tu cintura, formando con tus piernas un ángulo de 45 grados, y…”

Bueno, yo no soy un experto en estos temas, pero creo que lo que estaba leyendo es lo que en Villa Urquiza llamamos “cucharita por colectora”.

Intentando ver la luz en esas dos páginas en papel ilustración, supuse que lo mejor era seguir como estábamos… haciendo lo que podíamos. La doctora había dicho que no había ningún problema, que el apetito sexual iba variaba de “volcán en erupción” a “río patagónico”, pasando por todos los niveles esperados y no esperados. Siempre me causaba gracia la ambigüedad con que se tocaban ciertos temas.

Con Victoria habíamos iniciado un viaje que estaba por terminar de un momento a otro. Como sea, estábamos llegando. Fueron meses difíciles, y faltaba la última curva. Una parada final antes de volver a empezar otro viaje, mucho más misterioso aún.

6 comentarios:

La Hilarante dijo...

Hay un mito que un hombre no quería hacerlo, porque tenía miedo de pegarle con su sexo en la cabeza del bebe. O el tipo creía que tenia un mini obelisco o nunca entendió nada de anotomia.

Para mi estos son mitos, como diciendo, listo si alguien pregunto esto, vos podes preguntar lo que quieras!...

Lola dijo...

Espero que no hayas seguido leyendo la revista, nunca leí tantas pavadas juntas como en las revistas sobre el tema, hasta hice un post sobre eso.
Además de todo, qué forma de quitarle el romanticismo, con esas instrucciones uno mejor fabrica una cuna, hasta es más excitante.

Clara Bow dijo...

Hola pablo, te seguia desde mi otro blog.
Coincido plenamente, pocas cosas me asesinan mas el libido que las supuestas guias hot de la cosmopolitan

Cami dijo...

YAAA NACIOOO ME MUEROOO MUERTAAAA
si sacamos cuentas que en octubre publicaste.... son 7 meses. suponete que ya estaba de 2 y todo.. ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh


FELICITACIONES PABLO!!!!

Una Agustinita tenes en brazos??
(:

Sole P dijo...

Felicitaciones Pablo por la nueva vida en camino (si es que no llegó ya...), y felicitaciones por tus escritos.
Me di una panzada de tus ex!!!!

Sol dijo...

Lo más genial de tu blog es que ahora, cuando me cruzo con un "típico treintaypiqueano casado, estbale y próspero", pienso que seguramente no haya nada de típicoen él; pienso en todas las historias que hacen su vida.

Saludos desde el barrio, más específicamente, cuatro cuadras desde Mosconoi y Artigas, jaja.

Saludos, Sol.