viernes, 3 de julio de 2009

El episodio de la bicicleta y los cuatro odios

Odie a mi viejo cuatro veces en toda mi existencia.

La segunda fue cuando se separó de mi vieja y no tuvo el valor de decirnos que se iba a ir de casa para no volver nunca más. Pilar y yo nos merecíamos una explicación, algo mejor que llevarse una valija con algo de ropa durante la madrugada. Yo tenía 9, Pilar 8 y las mellizas tenían 4 años. No hay mucho mas que decir.

La tercera vez fue cuando fui a hablarle del departamento. Nunca me sentí tan humillado en la vida.

Bueno, en realidad, sí... fue en el episodio de la bicicleta.

Tenía 7 años cuando mi viejo decidió que había llegado la hora. Me llevó de la mano a la plaza Marcos Sastre (en Miller y Monroe), mientras con su mano libre, intentaba maniobrar mi última regalo de navidad. Una bicicleta Aurorita de color azul, con timbre, espejito y... sin rueditas. En menos de media hora, mi viejo me regaló todos sus conocimientos ciclísticos. El arte de andar en bicicletas sin rueditas comprendía elementos tan fundamentales como: el equilibrio, la mirada hacia delante, el truco del espejo y -sobre todo- las rodillas bien derechas.

Luego de varias caídas -cuando el sol de la tarde ya se estaba yendo- y al borde del llanto, supliqué una digna retirada. Y “digno” era casi un elogio, teniendo en cuenta mis continuos fracasos.

- Ultima vez... yo te sostengo todo el recorrido, es solamente para que practiques el equilibrio- dijo mi papá, sosteniendo el asiento de la bici desde abajo.
- Quiero volver a casa, pa.
- Ultima vez...- insistió.
- No me quiero caer mas- tragué saliva y algunas lágrimas.
- Ultima vez, no te voy a soltar... lo prometo- y yo le creí.

Durante algunos metros pude sentir su voz muy cerca de mi espalda, sujetando firmemente la bicicleta. Su voz que me decía que busque un punto fijo, que no mire hacia abajo y que... cada vez estaba mas lejos y era casi inaudible. Giré mi cabeza, y miré hacia atrás. Mi viejo estaba a mitad de cuadra -sonriendo- buscando algún cigarrillo en su campera. Lo siguiente fue mi cabeza golpeando en un banco de cemento y un chichón del tamaño de una pelota de tenis. Mi bicicleta cayendo del lado del espejo, que termino rompiéndose en pequeños pedacitos que se incrustaron en mi rodilla. El cosquilleo en mi pierna -mezcla de ardor, sangre y raspadura- hizo que en segundos ejecute un llanto en do menor que escuchó toda la plaza.

- Dijiste que ibas a sostener la bicicleta- le dije mientras volvíamos a casa.
- Mentí- mi viejo me sacudió la cabeza y contempló un segundo la bicicleta.- Se rompió el espejo... ¿Sabías que son siete años de mala suerte?

La primera vez que odie a mi viejo fue en el episodio de la bicicleta.

La cuarta vez que lo odie fue cuando se murió sin que le pudiera decir cuanto lo quise.

Todavía sigo esperando los siete años de mala suerte.

39 comentarios:

Mery Swanson dijo...

Seguramente sin querer hiciste algun contra-conjuro que rompio la mala suerte del espejo roto!! BEsotessss

Mathew dijo...

No esperaba ese final (el del cuarto odio digo) quede impactado.
Por mi parte la primera vez sin ruedita termine de frente contra un arbol.
Porque todos los padres mienten al respecto de que no nos van a soltar la bici mientras andamos??

Muy lindo el relato y coincido con lo del contra conjuro.

Un abrazo

Anónimo dijo...

AY! estos padres, no hay que fiarse de ellos. Te sueltan la bici. Te engañan respecto a Santa...
Que malos son todos jajaj. Pq actúan todos igual??

Aunque no le pudieras decir cuanto le quisiste él lo sabía. :) Seguro además. Todos lo saben.

Y espero que no te vengan ya los 7 años de mala suerte...
ya sería un poco tarde para ello no?

un besito

Nico Ferra dijo...

Viejo, me encanta como escribis. Tengo sentimientos encontrados sobre el texto che jaja, pero el que supera a todos los demás es el de "aaaawwww" ternura jaja. Posta, sobre todo el final..."todavía sigo esperando los siete años de mala suerte"

pd: un fenómeno tu viejo cuando te soltó así de una jaja, así se aprende hombre! además, a los 7, ya era hora!


saludos! =)

Angie dijo...

que lindo post, me parece que uno de los más lindos de todos.

Lolítica dijo...

Me hiciste llorar. Digo, ¿cuántos posts tuyos me hicieron llorar?

Qué maricona!

Cris dijo...

Los hechizos no funcionan con los niños que tienen bicicletas nuevas.

Los padres saben cuanto los queremos.
Igual uno se siente mejor diciendolo no?
Beso

Mujer moderna dijo...

A mi mi enseñó a andar en bici mi abuelo, y me hacía lo mismo, me decía que me tenía y me soltaba. Supongo que haré lo mismo con mis hijos.
Mi papá siempre quiso enseñarme a jugar al tenis y a mi nunca me gusto, estuvo ofendido conmigo por eso hasta hace poco que nos reconciliamos.
No se si alguna vez lo perdonare por ofenderse porque no era Gabriela Sabattini

Mamita dijo...

Debo decir que me llego bastante ese cuarto odio. Yo tambien tengo mis momentos en que detesto a mi padre, y dejame decirte que son muy seguidos. Pero creo que los momentos en los que "no lo odio", son los que mas disfruto o quedan en mi memoria, porque son menos.


Un besito Pablo.

Yo NO SOY Cindy Crawford!! dijo...

Me hiciste llorar pelotudo.

MeNoR dijo...

Es muy tierno este post. Como dijieron más arriba, yo también pienso que es uno de los mejores que leí hasta ahora.
Me dió mucha ternura esta frase: - No me quiero caer mas. Pobrecito!!!Excelente Pablo, como siempre!!! Me encantó.
Besos.

...flor deshilvanada dijo...

No esperaba que cuarto odio sea ese, se me hizo un nudo en la graganta!

:(

Que tierno este post, hasta te imagino con un chichón en la cabecita y todo lastimado...

Un beso!

Floripondia dijo...

que entrada triste.

Unknown dijo...

Mery:
Creo que los 7 años de mala suerte vinieron por etapas. Faltan 2, todavía :O.

Mathew:
Todos mienten sobre ese tema, es verdad. Con el paso del tiempo me dí cuenta que no fuí el único engañado de esa forma. Gracias por pasar.

Dona Vendetta:
Es lo que todo el mundo dice, ellos saben cuanto los queremos, de alguna u otra forma. Buen finde, Donita.

Tyler:
A golpes se hacen los hombres, eso es cierto. Lo que mi viejo nunca supo es que eso no se le hace a un pendejo que crece con 3 nenitas que lo único que hacen es llorar. Se aprende por contagio a mariconear. :S

Angie:
Epa, gracias :) Buen finde, Angie.

Lolita:
Sos una maricona, jajaja. Es un bajonazo la historia de mi viejo, estoy pensando si escribirla o no, todavía.

Cris:
Si, siempre hay que decirles cuanto los queremos.

Mujer moderna:
A mi viejo le pintaba por enseñarme a jugar al truco. Nunca le pude mentir un envido.

Pepita:
Qur increíble lo que dijiste, me dejo pensando. Un beso enorme, P.

Cinti:
Anda buscando pañuelos, se vienen posts re bajoneros :O. Aunque realmente yo mismo me estoy planteando si escribirlos o no. Socorro.

Menor:
Gracias, pendex. Por lo menos no me cagaste a puteadas como tu hermana. :S

Evan:
Es horrible ver a un nene de 7 años con un chichón tamaño familiar. No da. :S Buen finde, Evan.

Floripondio:
:S Perdón por la tristeza, dijo Sabina (algo así).

Natalia dijo...

Ya sabés como "no" enseñarle a tus hijos.
La que aprendió en una aurorita naranja, sin la mirada de mamá y papá.
Ahora si lloren. :)
Un saludo!

Madie dijo...

¡No tendrías que haber mirado atrás y nada hubiera pasado!

Yo aprendí a andar en bicicleta sin rueditas SOLA. El día que estaba previsto para eso, salimos a la vereda de mi casa y algún ser humano conocido de mi madre tuvo la buena idea de caer a saludar. Ella charlaba entretenida y yo estaba a punto de explotar de emoción contenido, mientras esperaba. Pero no quise hacerlo más y me tiré yo sola.

No sé si reírme o llorar.

Beso! :D

Eli dijo...

Me reí a carcajadas con el llanto en do menor,
y me dejaste fría con el cuarto odio.

Ensalada de emociones. Y un nudito en la garganta.
Creo que todos tenemos algún odio así, quizás no con la persona que se nos dejó, pero si con eso que nos quedó adentro. De cualquier forma, tengo la convicción de que ellos lo saben (autocompasión? capaz, pero yo estoy segura).

Un beso grande Pablo querido (:

Lu dijo...

Bueh, hoy no te puteo porque el post es emotivo. Lindo, lindo, lindo. Me gustó =). Y sumado a eso que acabo de leer tu respuesta al comentario de Menor, en la que andás mariconeando porque te puteo, hoy hago de cuenta que soy buena y te tengo piedad.


Besos Pablito,
clavador de clavitos (?).

Anavril dijo...

Que montaña rusa nene!!
Los padres siempre mienten para darnos confianza... en ese momento al menos...
El último odio es el peor, porque es el que te queda a vos...y no hay manera de cerrar el círculo.

Janine dijo...

Qué fuerte, Pablo. Ahora soy yo la que te quiere invitar a tomar un café.

Romii dijo...

Ay , Me quedé impactada.
Sos lo mejor.

- A todos nos hiiceron lo de "Yo te sostengo" - ES MENTIIIRA !
Cuando tenga hijos se los voy a hacer, para vengarme de mi papá .
:)

Lor dijo...

Ah nononono
Se me hizo un nudo en la garganta con lo ultimo!!!
NO!!!!
A mi tmb me quedaron esas palabras atoradas...

Y lo de la bici, tipico...pobre!

lexi dijo...

lindo post y lindo blog
abrazo!

killer queen dijo...

VES POR ESO ES QUE AL DIA DE HOY SIGO SIN SABER ANDAR EN BICI!



Y el ultimo odio no es odio por lo menos para mi.
Es una mezcla de angustia y rechazo.

Rain dijo...

¿Por que será que siempre nos mienten con eso de "no te voy a soltar"?

A mi me pasó lo mismo: Miré para atras... y obviamente me caí.

Gracias, me hiciste recordar un momento muy viejo, muy lindo y muy doloroso.

Gastón dijo...

En su momento mi viejo utilizó el mismo truco y cundo lo descubrí me di contra un auto estacionado.

Cuando lo voy a visitar y compartimos algunas cuadras bicicleteando...

(por suerte todavía le puedo decir que lo quiero, y no me canso de decírselo, aunque él lo sabe y lo recontra sabe)

Abrazo sobre ruedas

Inés dijo...

Pablo, cómo me gustaría abrazarte!
el final me dejo sin aliento.

eres un mago de la prosa,
espero que estés bien

muchos besos

B dijo...

un relato contundente, como una lanza. Es muy bueno. No tengo nada que agregar, es muy bueno.

euge dijo...

Aww, creo que fue una de las entradas que más me gustaron.
A mi tampoco me sostuvieron cuando aprendí a andar en bici. Ok, la situation de mi papá es complicada como para sostenerme pero.. me hice mierda unas cuantas veces..
Y yo creo que sí sabía cuanto lo querías. La gente siempre sabe.

Paula dijo...

Te entiendo porque sentí ese odio cuando se fue antes de tiempo, por no cuidarse, importándole poco cuánto lo extrañaría.
Hoy no lo odio, solo tengo atragantado ese "te quiero", pero aprendí a no dar más nada por sentado o sobreentendido.
Hoy les digo a todos lo que siento, no quiero quedarme más con esa angustia.

Sabés algo??? Te quiero mucho, Pablito!!!
Besos!!!

Maite dijo...

Me han soltado la bici también, y es feo, porque es una decepcion fuerte en la niñez.
Y me shokeó el último renglón, que feo es cuando pasa eso.. me ha pasado con mi nona.

Un beso, Pablo.

PinUp dijo...

No creo en esas historias de "mala suerte"... creo que cada uno busca su suerte, por eso tu no los has tenido que soportar... no crees?
Pero si creo que aunque no esté aquí, ya sabía que lo querías muchiísimo ;)

Muaksssssssssssssssssssssss!!!
Abrazos Pablito... siento mis ausencias...

((...gi!...)) dijo...

juro por los santos evangelios que yo había comentado esta entrada!


o no.. bue en fín

hermosa!


es un tema con los padres!

tooooooodo un tema!

¿Lesbiana? dijo...

excelente, me encantó, aunque es medio triste. pero tiene ese color chillon que es la infancia, la bici con bocina y el padre que te habla como un adulto.

Lolita y El Profesor dijo...

Don Pablo: Con el paso del tiempo reflexioné acerca de lo simbólico que es enseñar a andar en bicicleta y "largarlo solo".
Se me ocurre que es como una metáfora del hecho de comprender y asimilar que ese nenito va en camino de ser un hombre y que, por lo tanto, llegó el momento que aprenda a mantener el equilibrio en la bici, como tendrá que hacerlo en la vida.
Al menos usted tuvo un papá que llevó a cabo el rito en esa plaza que conozco bien. Ya es algo.
Emotivo como pocos, este post.
Mis respetos,

El Profesor

Lola dijo...

Yo no sé andar en bici.

Pero nunca sufrí esos tratos por parte de un padre (que espero que sean ficticios, porque a mí, que soy simplemente lectora, me causaron dolor e indignación).

Para llorar.

MaRiPoSa dijo...

La cuarta vez que lo odie fue cuando se murió sin que le pudiera decir cuanto lo quise.

Cuando lei esa parte Pablito me recorrio un escalofrio por todo el cuerpo...

Saludos!!

Juan Varela Muñoz dijo...

¡Que triste final!, se veía venir algo gracioso.

LO lamento.

Lulu dijo...

Te lo voy a decir lo más cortitamente que pueda, no soy dada a las brevedades...

Trabajo de traductora. tengo al tarde entera viendo llvoer en mi Macondo. La tarde entera revisando la exactitud de algunos términos del texto. La tarde entera corrigiendo la sintaxis del texto completo y que no se me escapara nada del texto origen.

Y de cuando en cuando, embotada, vuelvo a tu blog.

Caigo en un post que es posterior al que no he leido. Voy del "hoy" al "ayer". Exprofeso. Me da un aire de "suspenso" que no encaja con tu blog y hace que me lo disfrute aún más integramente.

Y casi casi tenía organizado el discurso de lo que te iba a poner en el comentario, algo que comenzaba con un "tu viejo, che, era un sabio..."

Hasta qu eleí la cuarta razón por la que lo odias.

Te odio sin conocerte... me has hecho lagrimear y eso que no perdí a mi viejo aún pero sí aprendí a apreciarlo enormemente cuando viví afuera, por un año y pico, en un país ajeno, de idioma raro.

Y no sabía todo lo que me había marcado e influido su anodina y ausente manera de ser en mi vida hasta que lo tuve a casi 9 mil kms de distancia de mí.

Me llegó hondo... qué más te puedo decir sin que suene cursi o ensayado?