domingo, 14 de febrero de 2010

El jamón crudo, la constante y San Valentín

El viernes pasado, mientras terminábamos de ver “Valentine’s day massacre” (el último episodio de Grey’s Anatomy), Victoria trajo una bandeja y la apoyo sobre la cama. Odio comer en la cama, pero hay cosas que son irresistibles. Jamón crudo y queso -con una fina rodaja de tomate- es una de esas cosas a las que no puedo resistirme, sobre todo cuando vienen en el medio de unas rodajas de pan árabe algo tostado.

- El domingo es San Valentin…- dijo Victoria.- ¿Tenes algo especial preparado para mí?
- Vicko… es el día de “los” enamorados, no de “la” novia, esposa o enamorada. ¿Vos que tenes preparado para mí?
- No te voy a decir- Victoria sonrió.
- Te digo sinceramente, yo prefiero festejar San Patricio… Bares por Reconquista, mucho verde, mucha cerveza- sentí que la combinación “queso, crudo y tomate” era perfecta para mi paladar. Fue el golpe de sabor perfecto. Entonces, mientras me debatía entre hacerme el resentido social de conductas impuestas por el hemisferio norte, saborear ese excelente sanguche o pensar un regalo para el domingo, me acordé de algo.

Tildé, cuando la mezcla de sabores ya era magnifica, recordando un episodio de Lost. Un amor limpio, puro, infinito y eterno. Una realidad experimentada por muy pocos. Sin embargo, en la 4ta temporada de Lost, hay un capítulo que se llama La constante (Lost 4x05, The constant) que te tira más o menos un churrascazo en la cara cuando llegan los últimos minutos. Eso es el amor. Lo que nos interesa puntualmente (a los efectos de mi recuerdo, claro) es Desmond Hume y su historia de amor con Penelope Widmore.

Acá, Desmond tiene uno de sus viajes en el tiempo astrales; es decir, su conciencia presente se traslada a su cuerpo en el pasado. Por motivos puntuales que no voy a profundizar ahora, digamos que Desmond, utilizando su cuerpo en el pasado, tiene que convencer a la Penelope de esa época que atienda el teléfono 8 años después en la víspera de navidad. Mientras esto ocurre, 8 años después (en el presente), Sayid intenta arreglar el sistema de comunicación para que Desmond haga esa llamada. Si Desmond (en el barco) no logra hablar con Penelope, en el próximo viaje al pasado que haga su conciencia es muy probable que no regrese, y quede atrapada para siempre en su cuerpo del pasado. Desmond necesita hablar con Penelope porque ella es “su constante”, su punto de inflexión en el pasado, en el presente y su futuro. Penelope es su amor.

Entonces, “la llamada” es (probablemente) el punto emocional más alto de este episodio. La escena puntal se desarrolla en los últimos 6 minutos en un ida y vuelta de secuencias pasadas y presentes que la convierten en uno de los momentos más intensos de la serie –y de la historia de las series- coronando así, 40 minutos de televisión brillantemente ejecutados.

Con perdón de Six Feet Under –que está lejos y solita en el salón de las series recordables y supremas-, estos últimos minutos de Lost pelean el podio de la magistralidad televisiva.

Si bien la historia de los “amantes separados por intervención externa” es bastante recurrente siempre en todos lados, el eterno amor entre Desmond y Penny fue manejado durante toda la trama con bastante cuidado y nunca se vió ni incómodo ni forzado… como una constante.

Y generalmente es así, uno no sabe lo que es el amor hasta que no lo vive, lo siente, lo sufre. La “constante” es así, es querer estar con la otra persona por el resto de tus días. Esa es la verdadera “constante”, lo que nos ata día a día a una persona, el amor que sentimos, sin condiciones ni culpas, aprendiendo a confiar en el otro. Por eso, Penny atiende el teléfono, porque esta dispuesta a todo por su amor, porque creyó en Desmond cuando este le pidio. Por eso, cuando se agota la batería del sistema, Desmond dice “estoy bien, estoy perfecto”.

Todo el mundo, todo el mundo, pero todo (todo) el mundo, dice (sabe) que puede recitar cualquier parte de cualquier película de Disney.

Ahora van a pasar los años y yo voy a poder recitar esta escena de memoria, porque todavía hoy la sigo viendo. Entonces… cuando venga alguien y pregunte “¿qué es el amor?”.

El amor es cuando, por fin, Desmond y Penny se escuchan por segundos después de ocho años de estar buscándose. El amor es, ese “te amo” dicho a las apuradas y pisándose.

El amor es eso… es “estar”, el abrazo contenedor, dormir abrazados, unos ojos verdes hermosos y -sobre todo- que se acuerde que me encantan los sanguches de jamón crudo, tomate y queso.


Los últimos minutos del Lost 4x05, The constant.

viernes, 5 de febrero de 2010

Comunicado # 4

Termino la Luna de miel y solamente puedo decir dos cosas: primero, me había olvidado lo que es estar de vacaciones; y segundo... quiero tener un hijo ya. Dos nenas, si es posible. Bueno, todo genial.

Llegue a mi departamento de soltero para levantar los mensajes del contestador.

Había algunos... unos cuantos, lo que deja en claro una sola cosa: de vuelta al caos.

En estos días de mimos y abrazos, pense en cosas... en este espacio, la verdad: me hago cargo, me resulta valioso e imprescindible. No quiero perder nada, quiero saber que están ahí, eso me llena el alma y nunca voy a dejar de agradecerlo.

Volví más maricón que nunca.

Pongase el cinturón de seguridad, vamos a barajar y dar de nuevo.