Fue difícil encontrar el lugar donde habíamos pasado toda nuestra secundaria. El campamento de San Antonio de Areco había sido desmantelado, no existía más. En su lugar, había una tranquera que invitaba a almorzar una parrillada gigantesca. El terreno fue vendido y ahora era una estancia turística. Casualmente, el mismo lugar donde terminamos almorzando. En ningún momento, nos negamos la posibilidad de entrar, eso sería negarnos el recuerdo. El último recuerdo. A primera vista, era “otro” lugar. No había hamacas de tablones y sogas entre los árboles, yo las hubiera dejado. La brisa del mediodía era la misma que hace veinte años, ese frescor que cobija siestas kilométricas bajo alguna sombra. También estaba los ladridos de miles de perros, a lo lejos. El experimento de cerrar los ojos durante un largo tiempo funcionó. La brisa y los perros trajeron las risas que se escondían en aquel lugar, los gritos, los llantos, el silbato de algún coordinador. Todo esta ahí, servido para la añoranza.
Ahí estábamos, almorzando, en lo que era la primera salida oficial de Bruno desde que llego de París. Un asado con todos, en Areco, y nosotros riendo, gritando, hablando todos a la vez, volviendo a reir y a gritar. Ahí estábamos, mezclando recuerdos de campamentos anteriores, tejiendo nuestras risas entre presente y pasado.
En contadas ocasiones, el mejor recuerdo puede que venir acompañado de muchas cosas; incluso, mágicamente, puede generar otro recuerdo más fuerte. La vida es así, siempre pasa algo que uno va sumando a cuestas de la propia existencia.
Bruno estaba feliz, todos estábamos felices. Eso era lo único que importaba.
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9 comentarios:
qué bueno que fueron! pero no está bien esto de contar la historia por la mitad, che! jajaaj
Saludos
Que lindo juntarse con los amigos de la infancia, nos hace recordar que todavía somos chicos...
Abrazo Pabloo!
Qué buena experiencia.
Yo me niego a recordar el tiempo pasado, por muchas causas
pero no vendria mal recorrer lugares en los que estuve y la pase bien.
Muy buen blog No se como llegué aqui espero poder salir ya que quiero volver Saludos desde mi Luna
aves de paso es un termino que he usado mucho en mis cuentos, es buen termino y habla por si mismo.
Un abrazo y siempre disfruto tus escritos
Petra
muy buen post, me gustó La vida es así, siempre pasa algo que uno va sumando a cuestas de la propia existencia. Un saludo grande
Basta!! Que me dan demasiadas ganas de irme de viaje con mis amigas y falta mucho para el verano :(
Aves de paso, como pañuelos, cura fracasos
;)
Saludos, don.
Me encanta tu blog, es algo parecido a lo mio pero me encanta no dejes de escribir
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